La Federación de Párkinson de Castilla y León ha llevado a cabo este lunes en Segovia una plantación de tulipanes, flor que da visibilidad a esta enfermedad neurodegenerativa, de difícil diagnóstico y múltiples manifestaciones, que afecta a más de 1.800 segovianos.
La plantación se ha realizado con la implicación de las concejalías de Servicios Sociales y de Medio Ambiente del Ayuntamiento de la capital, coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial del Párkinson, que se celebra el 11 de abril y este año lleva el lema ‘La otra cara del Párkinson’.
El objetivo de esta campaña es desmitificar la imagen errónea que existe sobre esta enfermedad, y combatir el estigma social, los prejuicios y estereotipos que la rodean. No solo es una enfermedad de personas mayores ni se manifiesta exclusivamente con temblores. Puede mostrar pérdida de olfato, problemas de deglución, insomnio, cambios en el habla, apatía.. y una larga lista de síntomas iniciales que confunden su detección y retrasan su diagnóstico.
Es una enfermedad que no tiene un diagnóstico directo (positivo), si no que se llega a detectar descartando otras patologías en las que primero se piensa, según explicó ayer Javier Herrero, presidente de la Federación de Párkinson de Castilla y León, y de la asociación provincial de Segovia. Esta confusión hace que se pueda tardar unos cinco años desde que aparecen las primeras manifestación hasta que se llega al diagnóstico casi por descarte, un retraso que “dificulta el abordaje de la enfermedad” y la atención a los enfermos, según remarca Teresa Martín Sanz, gerente de la asociación segoviana que en diciembre cumplirá 25 años de actividad.
Además las asociaciones de enfermos remarcaban ayer que una de cinco personas tiene menos de 50 años en el momento del diagnóstico, y un 30% de las personas no llegan a desarrollar nunca el temblor. Para recordar a la ciudadanía las múltiples caras del párkinson y visibilizar la lucha de los afectados y de las asociaciones que trabajan por su bienestar, los tulipanes fueron plantados junto al tilo ubicado en la avenida del Acueducto, un lugar muy transitado del centro de la ciudad.
Allí acudieron la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, acompañada por la concejala de Servicios Sociales, Ana Peñalosa, el concejal de Medio Ambiente, Ángel Galindo, del equipo de gobierno PSOE-IU, así como los ediles del PP, Pablo Pérez, Azucena Suárez, José Luis Horcajo y Gabriel Cobos. Una amplia representación que contrasta con el reducido acompañamiento que han tenido otros años los responsables de la asociación segoviana que cuenta en la actualidad con 170 socios y ofrece atención directa a más de 50 personas enfermas y a 10 familias.
Clara Luquero elogió su trabajo porque “estas entidades y colectivos llegan donde no llegamos las administraciones y son imprescindibles; nunca agradeceremos bastante la labor que desarrollan, encomiable y valiosísima para la sociedad”. Junto a Javier Herrero la alcaldesa recordó que la historia del tulipán como símbolo de la enfermedad de Parkinson arranca en el año 1981 cuando un horticultor alemán (que padecía párkinson), bautizó una nueva especie de tulipán con el nombre del médico inglés que describió por primera vez los síntomas de la enfermedad.
Hoy el tulipán evoca una imagen de esperanza que florece cada primavera a la espera de una solución para esta enfermedad.
