El 1 de enero de 2025 es la fecha marcada para la entrada en vigor de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de la ciudad de Segovia. Un proyecto que implantará el actual equipo de gobierno con el objetivo de disminuir el tráfico rodado en la zona amurallada para reducir los niveles de contaminación, tanto acústica como ambiental. La implantación de la ZBE se realizará por fases y se alargará hasta enero de 2030, con la finalidad de permitir la familiarización y adaptación gradual de la ciudadanía y de los sectores económicos a las características de la nueva normativa.
Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) son una herramienta de regulación de tráfico destinada a restringir, a ciertos modelos de vehículos, su circulación por recintos concretos para mejorar la calidad ambiental mediante la disminución de contaminación por gases y ruidos. Estas ZBEs son un modelo regulado desde el gobierno europeo para todos los países de la Unión Europea. En España, la legislación que determina esta herramienta es la Ley 7/2021 de cambio climático y transición energética, que obliga a los municipios de más de 50.000 habitantes a adoptar planes de movilidad urbana sostenible (PMUS) en los que se incluyan ZBEs antes de finalizar 2023. Plazo que pidió prorrogar el alcalde, José Mazarías, por no poder cumplir con los trámites necesarios ante de dicha fecha y que finalmente se fijó en 2025.
Cronología del proyecto
En enero de 2020 la alcaldesa de Segovia por aquel entonces, Clara Martín, aseguraba que desde el Ayuntamiento ya trabajaban para crear una zona de bajas emisiones a partir del viejo plan de ampliar el área peatonal del centro histórico.
Tuvieron que pasar dos años para que, en enero de 2022, el Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Tráfico, Transportes y Movilidad trabajara en la elaboración de una nueva Ordenanza Municipal de Circulación que preveía la creación de Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en el casco histórico. Dicho compromiso fue adquirido por acuerdo de la junta de Gobierno local. En el verano de ese año Segovia recibió de los fondos europeos, un anticipo de 2.330.305,60 euros para cofinanciar cinco proyectos de movilidad sostenible entre los que se encontraba la implantación de la Zona de Bajas Emisiones al que iría destinado un presupuesto de 579.383,07 euros.
En agosto del año 2023 el Ayuntamiento de Segovia comenzó un estudio de aforo vehicular con la medición de tráfico en el comienzo de la subida de la calle de San Juan, en la cuesta de San Bartolomé y en otros puntos del Casco Viejo. En ese momento, la alcaldesa accidental, Rosalía Serrano, se quejó de la falta de acción del anterior gobierno liderado por Clara Martín, quien contesto esgrimiendo razones de “anomalía del tráfico” durante el mes estival que sesgaba los datos habituales de tráfico en la ciudad.

En la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno local del 17 de agosto de 2023 el alcalde hizo hincapié en que estas mediciones deberían haberse hecho desde el mes de enero y adelantó el resultado de las primeras realizadas en la calle San Juan revelando que el tráfico se incrementa los lunes, desciende de martes a jueves, y vuelve a subir los viernes, descendiendo de nuevo el fin de semana. Añadiendo también que la hora punta del paso de vehículos al Casco Viejo es entre las 8 y las 8:30 de la mañana.
En aquel estudio semanal, acometido hace algo más de un año, pasaron junto al aforador 6.800 vehículos de dos ruedas, 5.460 coches, 509 furgonetas, 1.208 autobuses y 174 camiones articulados. “Estos son datos de siete días de agosto, y hay que continuar las mediciones en otras semanas, otras circunstancias y épocas del año” aseveraba entonces Mazarías, ya que sin esos datos no era posible plantear el diseño de la Zona de Bajas Emisiones, por lo que al no existir trabajo previo al respecto, era poco probable llegar a cumplir el plazo (final de 2023) que indicaba el gobierno europeo para la puesta en marcha.
Una vez hechos los estudios, en noviembre de ese mismo año se inició una consulta pública previa, preceptiva por normativa, antes de la aprobación de una ordenanza municipal, y otras consultas a través de reuniones sectoriales con colectivos afectados por las restricciones al tráfico que puede conllevar la ZBE.
De las más de 70 sugerencias presentadas durante el periodo de consulta previa, más de la mitad fueron de vecinos que pidieron que se incluyera la calle de San Gabriel en la declaración de la ZBE, ya que consideraban que es una vía con exceso de tráfico, lo que motiva problemas derivados de emisiones contaminantes, ruido, atascos, afección a la salud de los residentes y problemas de seguridad vial. Buena parte de ellas planteaban también la regulación del tráfico en el entorno del Acueducto, de manera que la avenida de Padre Claret y la propia calle de San Gabriel tengan sentido único, la primera de salida y la segunda de entrada a la zona centro. Así como la prohibición del paso de grandes autocares y vehículos pesados por esta cuesta.
Durante el último trimestre del año el Ayuntamiento mantuvo reuniones con los comerciantes, hosteleros, colegios de profesionales y el movimiento vecinal para “escuchar” antes de la redacción definitiva de la ordenanza ya que según apuntaba José Luis Horcajo, concejal de movilidad, “entre comillas, podemos jugar con esa transitoriedad y adaptabilidad que permite el Real Decreto”.
En febrero de 2024 el proyecto de ordenanza fue incluido en la orden del día del pleno para su aprobación inicial que contó en la votación plenaria con el apoyo de los Grupos de PP y Vox, y la abstención del resto de las formaciones: PSOE, IU, Segovia en Marcha y C´s. Antes de la votación de la Ordenanza, en la misma sesión se aprobó la modificación del dictamen, a través de una enmienda transaccional, que supuso la fijación de la fecha para su entrada en vigor en el 1 de enero de 2025. En ese momento, los técnicos municipales de los departamentos implicados calculan que estará plenamente operativo el sistema de control de accesos y del tráfico en la zona acotada, así como los mecanismos de gestión del sistema. Tras esta aprobación inicial la ordenanza fue sometida a alegaciones antes de lograr la aprobación definitiva que se produjo dos meses después, durante la celebración del pleno municipal el 31 de mayo de este mismo año.
Esta aprobación, que contó con el voto a favor del Grupo PP, la abstención de los de PSOE, IU, Segovia en Marcha y Ciudadanos y el voto en contra de VOX, fue celebrada por el grupo municipal Popular , quien también lamentó el cambio de opinión de VOX, de quienes esperaban más “coherencia” con el voto positivo que emitieron en la votación de febrero y que no revalidaron en esta de mayo. La portavoz de VOX, Esther Núñez, dio explicaciones al respecto asegurando que “VOX siempre se ha posicionado en contra de las medidas restrictivas y sancionadoras de la zona de bajas emisiones y así consta en nuestro programa electoral” y aclaró que votaba en contra porque “choca con el acuerdo firmado junto al grupo municipal del Partido Popular”, en ese acuerdo se pactaba “diseñar una zona de bajas emisiones para Segovia, que será la mínima para cumplir la normativa vigente y se revisará su ubicación buscando causar los menores molestias a los vecinos, comerciantes y hosteleros”; “mejorar la gestión del estacionamiento de vehículos, tanto en el casco histórico, donde se procurará recuperar plazas de aparcamiento, como en el resto de la ciudad, evitando la pérdida de espacios para los vehículos” y “facilitar el acceso en horario comercial a los aparcamientos del casco histórico, por parte de los hosteleros y comerciantes en igualdad de condiciones que los residentes”.
Los populares también lamentaron la posición tibia del resto de los grupos políticos que “situados en la abstención, demuestran una falta de compromiso claro hacia la implantación de la protección”. A este respecto La portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Segovia, Noemí Otero, aseguroóque “nos abstendremos por responsabilidad, creemos en una movilidad urbana sostenible desde un punto de vista global. Les animamos a que también crean en ello y trabajen en este sentido, por ejemplo, impulsando el transporte público, creando aparcamientos disuasorios, actualizando el contrato de la ORA, entre otros”.
ZBE en Segovia
La entrada en vigor de la Zona de Bajas Emisiones permitirá reducir notablemente el tráfico rodado en la ciudad, teniendo como consecuencia una menor contaminación tanto acústica como del aire. En la ciudad de Segovia la implantación será paulatina y atenderá a diversos parámetros (empadronados en la zona ZBE, hosteleros, invitados, etc.) y a una clasificación de vehículos, según la cual los poco contaminantes (etiquetas Cero, ECO y C) no tendrán restricciones de acceso, los contaminantes (etiqueta B) podrán acceder a la ZBE hasta el 31 de diciembre de 2029 y los muy contaminantes (etiqueta A) verán limitada su entrada al perímetro delimitado por la muralla partir del 1 de enero de 2026.
