Podía verse a mayores, jóvenes e incluso a niños. Unos portaban ramos de lo más variados, otros sostenían centros o coronas de flores, y había quienes cruzaban la entrada con las manos vacías porque ya habían hecho lo propio en los días previos. A diferencia del pasado año, cuando las restricciones y el control de aforos por la actual crisis sanitaria marcaron esta festividad, el Cementerio Municipal del Ángel de la Guarda de Segovia recibió este lunes, 1 de noviembre, una gran afluencia de gente para honrar a sus difuntos en el Día de Todos los Santos. Así, la ‘normalidad’ se instauró de nuevo en el camposanto.
‘Tu familia no te olvida’, ‘Siempre vivirás en nuestro corazón’, ‘Siempre con nosotros’… Las inscripciones funerarias que están grabadas en las lápidas que adornan las tumbas en las que reposan los difuntos, cobraron ayer mayor sentido en un día en el que el recuerdo de los que ya no están se convirtió en el protagonista.
La lluvia dio un respiro, a pesar de que el viento y el frío ya dejaban intuir el otoño en su máxima expresión. Esto no fue un impedimento para que, desde primera hora de la mañana, los segovianos acudieran al Santo Ángel de la Guarda para homenajear a los fallecidos. Muchos lo hicieron después de asistir a la misa de Difuntos que se celebra anualmente en el camposanto y que estuvo presidida por el sacerdote Pedro Gabriel.
Tal y como marca la tradición, familiares y amigos se dieron cita a las puertas del cementerio para adecentar y limpiar nichos, panteones y columbarios. Pese a que el tumulto de gente dificultaba el silencio y la intimidad necesaria en estos casos, la emoción se adueñó de las galerías del cementerio. Con lágrimas en los ojos, Palmira Sanz recordaba a sus padres fallecidos: “Cada noche, miro su foto y me despido de ellos, para mí es como si siguieran conmigo”, afirmó emocionada. Aunque vive en Valladolid, cada 1 de noviembre visita el cementerio segoviano.
Frente a la tumba de sus primos, Trinidad Jiménez rezaba el Padre Nuestro. Había quienes seguían su ejemplo y dejaban una oración, en algunos casos, sosteniendo un rosario en su mano. La aglomeración de personas que se produce en días como el de Todos los Santos, contrasta con la tranquilidad del cementerio durante el resto del año. Como Jiménez, son muchos los que aseguran no necesitar este día para visitar a sus difuntos: “Hay gente que no vuelve hasta el año siguiente, lo que no me parece justo”, criticó.
Pero no todos necesitan visitar el cementerio en más ocasiones y defienden que el recuerdo de quienes les dejaron pervivirá por siempre en ellos. “Soy muy poco de cementerios, solo vengo hoy porque los recuerdos están todos los días”, reconoció Juanjo Gibaja antes de visitar el nicho de sus padres, hermana y cuñado.
Los jóvenes también se sumaron a esta festividad en compañía de sus padres o abuelos, quienes, a partir de anécdotas y vivencias que aún conservan con afecto, intentaban que en la memoria de los más pequeños viva parte de quien, en ciertos casos, ni siquiera tuvieron la oportunidad de conocer. Ejemplo de ello es Ana Gómez, a la que su hijo “bombardeó” a preguntas sobre su abuelo. “Este día termina siendo un acto social emotivo, en el que se recuerda a los que no están”, aseguró.
Con el objetivo de regular el incesante trasiego de personas y vehículos en las inmediaciones del cementerio, la Policía Local prohibió el estacionamiento en la calle de acceso al camposanto y estableció medidas de control del tráfico por esta vía, de manera que permitió el estacionamiento durante 20 minutos frente a la ermita del Santo Ángel de la Guarda.
Una tradición muy viva
Como es tradición, frente a la capilla del cementerio, el pasado 28 de octubre ya se instalaron los puestos de venta de flores, indispensables para aquellos que dejaron para última hora el adecentamiento de las lápidas, lo que hizo del 1 de noviembre, el día de mayor volumen de ingresos para estos negocios. Pero hay algo que sí ha variado: cada vez son más los que realizan sus compras a lo largo de la semana y no esperan al Día de Todos los Santos. En palabras de la florista Débora García, de ‘Viveros Madrona’, “a la gente ya le gusta tener listas las tumbas unos días antes”.
El crisantemo, el clavel y el gladiolo siempre han sido ‘las flores de Todos los Santos’ por excelencia. En cambio, en los últimos años, se unen a estas otras especies como la rosa, alstroemeria, gerberas, anthurium o margaritas.
Las obras se reanudan
Después de que el puente festivo de los Santos haya llegado a su fin, el Ayuntamiento reanudará las obras de mejora en las instalaciones. De esta forma, continuarán los trabajos para la construcción de un paseo en el patio tercero y la renovación de los falsos techos de una nave del patio primero y otra del patio segundo.
Estas actuaciones se unirán a la construcción de 72 nichos y 84 columbarios, para lo que ya se ha hecho la cimentación, colocado los nichos prefabricados y la estructura metálica para el tejado. Para todo ello, el Consistorio ha previsto una inversión que supera los 79.000 euros.
