Por encima de la insustancialidad con que se ha definido la próxima Moción de censura que estos días se debatirá en el Congreso, presentada por VOX contra el presidente Pedro Sánchez criticando su gestión (que de sobra sabe Abascal que no puede prosperar) puede que tenga .sin embargo- otras connotaciones que justifiquen la aplicación del procedimiento.
En primer lugar puede que sirva para difundir la imagen de Abascal y de VOX en el abanico del parlamentarismo entre quienes no le conozcan o le conozcan poco, al tiempo que fortalecer su figura y los presupuestos de su programa político entre quienes ya no les es tan desconocido. Más aún cuando será quien presente al candidato Tamames en semejante trance. Con lo cual su popularidad ha subido muchos enteros. Aunque sólo fuera por eso ya le será rentable.
Aun sabiendo que la herramienta en principio no saldrá adelante, le servirá al promotor una tribuna excelente por la generosa y masiva audiencia para exponer ante la ciudadanía (expectante por seguir el debate en televisión o, en casos más privilegiados hacerlo desde las plateas de invitados del hemiciclo (para lo que ya hay ‘reventa’ por decirlo de alguna manera de los escasos pases de acceso, según me dicen) los puntos de su programa difícilmente desmenuzados en mítines territoriales.
De prosperar la Moción (que se da por supuesto que no) el candidato Tamames (que sin duda tampoco creo yo que tenga mayor interés en ser presidente), si así lo hubiera pactado con su ‘padrino’ Abascal (y quién sabe si con el propio Feijoo) renunciaría de inmediato al puesto presidencial con lo que habría disolución de las Cámaras y nuevas elecciones, en cuya rifa Pedro Sánchez –según las encuestas- no tendría suficientes papeletas para el triunfo y su continuación en la Moncloa, que vendría a hacerlo, claro, Alberto Núñez Feijóo aunque fuera con el apoyo de VOX a cambio de formar parte de ese utópico nuevo Gobierno.
A falta de conocer si la presidenta del Congreso cumplirá con su deber de neutralidad en cuanto a los tiempos se refiere, se despejará la incógnita tras el debate y participación de los grupos que lo deseen respecto a la controvertida Moción en contra de la gestión de Pedro Sánchez con la finalidad de apearle de su apacible residencia del Palacio de la Moncloa. Es otra ocasión para conocer la definición de los programas de aquellos grupos que para ello tienen otros marcos más reducidos.
Pero por encima de la multitud de opiniones acerca de la oportunidad, viabilidad y sostenimiento por el actuante Tamames de semejante herramienta constitucional, aparecen en el horizonte de las interpretaciones algunas que, aunque utópicas en apariencia, no dejarían de tener su sentido al menos en los aspectos que aquí han quedado descritos. Lo que no deja de ser una elucubración más en el panorama en que ha derivado la presentación de esa Moción, más rocambolesca aún con Tamames como intérprete pero acto constitucional al fin y al cabo. Ya veremos.
