Varios vecinos de La Magdalena, perteneciente al término municipal de Soto y Amío, se concentraron ayer ante la iglesia de la localidad para pedir la expulsión de su párroco, José Riesco, al que la alcaldesa calificó de “el peor sacerdote y la persona menos empática”, así como “antipático, desagradable y un cretino” que hace que “la gente se aleje de la iglesia”. Esta concentración se convoca una semana después del funeral de un joven de 24 años, Ángel, fallecido en un accidente de tráfico. Tras la celebración eclesiástica, cuando el párroco ya había dado la bendición, un familiar del joven habló con Riesco para comentarle que la madre y la novia del fallecido querían decir unas palabras, a lo que el sacerdote se negó.
