La Diputación de Segovia ha creado el programa `Secanos Vivos´, en cuatro municipios de la provincia, en el se llevarán a cabo actividades para poner en valor la biodiversidad local. Un proyecto que está financiado por la Junta de Castilla y León. Además, cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), dentro de los planes de financiación NextGenerationEU, puestos en marcha por la Unión Europea. Al mismo tiempo, esta actividad cuenta con la colaboración de Grupo Local de SEO/BirdLife, SEO-Segovia.
La primera parada de `Secanos Vivos´ llegará al municipio de Aguilafuente, donde se impartirá el primer taller el día 26 de julio. Posteriormente, el día 27 de julio, el salón multiusos de Melque de Cercos acogerá la siguiente sesión y el día 23 de agosto, se hará en el salón multiusos de Cantimpalos, mientras que el día 24 de agosto, el salón de actos de Campo De San Pedro será el escenario de la última sesión
Todos ellos, comenzarán a las 19:30, y tienen como objetivo resaltar el potencial de las tierras de cereal y de secano , para con ello poner en valor la conservación de la biodiversidad, y la de la avifauna.
El presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente,ha destacado la importancia de esta iniciativa, ya que “no sólo contribuyen a la conservación del medioambiente, sino también al desarrollo económico y social de las comunidades locales”. También, ha destacado que la Diputación “tiene un compromiso firme con la promoción de prácticas sostenibles y proyectos como ‘Secanos Vivos’ representan una excelente oportunidad para impulsar la vida silvestre y la adaptación al cambio climático en los cultivos de secano de cereal y vid, además de generar oportunidades de empleo y riqueza en las zonas rurales”.
Con este proyecto desde la Junta y la Diputación buscan transformar la biodiversidad en rentabilidad para los agricultores. A través de una estrategia comercial que reconozca y diferencie el valor añadido de los alimentos derivados de la uva y el cereal, los cuales contribuyen a la conservación de la biodiversidad y a la resiliencia climática. Con el fin último de crear así nuevas oportunidades para el empleo y la riqueza de los pueblos
