El nuevo Plan de Seguridad, Salud y Bienestar Laboral de la Consejería de Industria, Comercio y Empleo impulsará la puesta en marcha en pymes de planes para mejorar la salud física y mental de los trabajadores para reducir la siniestralidad por accidentes cadiovasculares y que acudan “felices” a sus puestos y elevar así su productividad. El objetivo inicial es que llegue a 200 empresas de la Comunidad.
El consejero de Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones, suscribió con los colegios oficiales de nutricionistas, fisioterapeutas, psicólogos, preparadores físicos y terapeutas ocupacionales protocolos con los que generarán una carta de servicios para las empresas que quieran implantar esos planes, dentro de un programa “absolutamente pionero” en España en la lucha contra la siniestralidad laboral.
En febrero, dijo Veganzones, su departamento sacará una convocatoria dotada con medio millón de euros para poner en marcha estos planes, con la ayuda de esos profesionales, así como para la adquisición de desfibriladores para contar con espacios condioprotegidos en las empresas, y la creación de un sello distintivo de empresa cardiosaludable de Castilla y León.
Mariano Veganzones aclaró que se trata de establecer planes de control de estrés, dieta saludable, mejora física, higiene postural o del sueño, descanso, ocio y participación social, dentro de una acción que llegará acompañada de iniciativas de formación y divulgación en todas las provincias, la publicación de un monográfico en la revista de prevención de Castilla y León y la creación de nuevos espacios digitales en su web.
El consejero precisó que se trata de una nueva línea de trabajo “novedosa, pionera en España”, en cooperación con los colegios profesionales para “mejorar la salud física, mental y social” de trabajadores y empresas. Aseveró que los planes de bienestar “generan retornos tangibles e intangibles, facilitan retener el talento, elevan la productividad, rebajan los costes sanitarios, los trabajadores están más sanos y motivados, con empleos dignos y saludables, porque todos los trabajadores son esenciales”.
Unos planes cuyo objetivo esencial es rebajar la siniestralidad laboral interviniendo en factores de riesgo cardiovasculares, que son la primera causa de fallecimiento en los puestos de trabajo. “La gran mayoría de los fallecimientos se produce por accidentes cardiovasculares, enfermedades como ictus o infartos, que tienen lugar en el trabajo. Queremos hacer hincapié en que tenemos que atacar esta sintomatología a través de la prevención en nuevos ámbitos de seguridad y salud en el trabajo”, razonó.
El director general de Trabajo y Prevención de Riesgos, Fernando de la Parte, precisó que 2022 se cerró con 26.138 accidentes laborales, un tres por ciento más que en 2021, con 51 mortales, frente a los 42 de 2021, aumento que se explica por los ocho más producidos por accidentes cerebrovasculares, que acabaron con 23 trabajadores, el 45 por ciento del total. “Los programas de bienestar están dirigidos a intervenir sobre ellos”. También se produjeron 219 graves, se declararon 459 enfermedades profesionales, y se produjeron 2.487 in itinere, aunque el índice de accidentes por cada mil trabajadores apenas varió, pasó de 28,51 en 2021 a 28,79 en 2022, por debajo de la media nacional de 29,5.
