La investidura de Feijóo va a depender de si ganan el pulso en el PNV los que sonconscientes de que que no tienen nada que ver con Frankenstein, o los que siguen orgullosos de “haber sacado a la derecha del gobierno”. Lo cierto es que ni los unos ni los otros ofrecen mucha confianza.
Sabino Arana, el fundador del PNV, fue el creador del himno del País Vasco e inventor dela ikurriña, (esa especie de copia en colorines de la del Reino Unido). Pues bien, este hombre, quetambién fue muy polémico por los fundamentos racistas, machistas y xenófobos de su ideología,no sé lo que pensaría de que el PNV forme parte del Frankenstein. Seguro que no estaría deacuerdo. Pero evidentemente, tampoco le gustaría, como buen nacionalista supremacista, quefuese con los “maquetos”, ese término despectivo que inventó para referirse a los españoles.
Entonces, ¿qué va a hacer el PNV? Pues sencillamente va a hacer lo que más le apetezca y sólo pensando en sí mismo y en su deseada independencia (recuerden la famosa frase de Arzalluz sobre que “unos agitan el árbol y otros recogen las nueces”). Intentar saber lo que va a hacer el PNV sería un ejercicio intelectual totalmente inútil que no vamos a hacer porque, además, ya han avisado de sus intenciones. Un partido que fue capaz de firmar unos Presupuestos con Rajoy y pocos días después hacerle una moción de censura no parece que pueda presumir de tener claras las ideas ni ser merecedor de mucha confianza.
La posición del PNV dependería, en teoría, de si prevalece la línea del sentido común y lamoderación, o si sus desvaríos independentistas les llevan a dirigirse al precipicio y encontrarse allí con Bildu. Al parecer hay mucha contestación dentro de ese partido sobre la conveniencia o no de seguir con Sánchez, pero lo cierto es que su mayor y quizá única preocupación es, sin duda, la cita electoral de las autonómicas del año que viene. No obstante, deberían sospechar que tras el resultado electoral, será menos probable un gobierno PSOE-PNV, que otro de PSOE-Bildu, porque Sánchez ya ha olvidado que eran los del tiro en la nuca. Tanto Bildu como PNV buscan la independencia pero en el grupo Frankenstein siempre será mejor visto un partido marxistaleninista que una derechona antigua y elitista.
Pero ya han avisado que no votarán a Feijóo porque participa VOX, aunque ya ha manifestado con generosidad que no estarían en el gobierno. Así que de momento las cosas están así. Debe ser que como VOX es un partido constitucionalista que cree en la unidad de España, para ellos es mucho más peligroso que todos esos partidos que forman el Frankenstein que son comunistas, filoterroristas y separatistas. Vivir para ver. Está claro que los partidos independentistas solo tienen un fin y para ello se saltan cualquier traba ideológica, económica o social, que pueda ser un impedimento.
¿Y qué pasaría si se tuviera que celebrar otra investidura con el perdedor de laS elecciones? Pues todo va a depender de lo que haga el fugitivo del maletero con su presa, y eso es otra incógnita. Presentará todas sus exigencias para liberar al resto de delincuentes a través de una amnistía y pedirá un referéndum de independencia, es decir, un desafío a la Constitución y a la unidad de España. Todo va a depender de si el fugitivo acepta que le preparen una amnistía con mando a distancia, o si la quiere ya. Ahí va a estar la cuestión. Aunque también puede ser que ya tengan todo acordado como sostienen algunos y todo lo que vamos a ver sea un paripé más.
En el supuesto de que el fugitivo no se pusiera de acuerdo con su presa, podría suceder que, dando la vuelta a la tortilla, nos encontráramos a un Sánchez transformado en el defensor de la Constitución diciendo que “cambia de opinión” y no acepta las condiciones del delincuente fugitivo. Con Sánchez todo es posible. Y sobre todo porque cada día que pasa va a haber más resistencia social. Pero también pudiera ser que nos estemos equivocando todos y Sánchez no sea presa de los nacionalistas, ni esté secuestrado por un prófugo, sino que los esté utilizando para sus fines, que al parecer no son otros que la destrucción del sistema del 78 y el cambio del modelo de estado. Y esto, a mi juicio, sería una gran desgracia para España.
No obstante, y pase lo que pase, los españoles no deberíamos consentir la destrucción de la nación más antigua de Europa. Al menos eso espero y deseo.
