La intensa transmisión que está mostrando el coronavirus en las últimas semanas en Castilla y León, la aparición de nuevas variantes en la escena internacional, y la capacidad de sorprender que ha demostrado tener este virus, siguen llamando a la prudencia e impiden que, de momento, el covid-19 sea considerado una infección estacional, como la gripe.
Las autoridades sanitarias provinciales consideran que sin ser alarmista no se puede banalizar el covid y de igual forma se han manifestado estos días importantes expertos de la escena nacional como el doctor Rafael Cantón, jefe de Microbiología del hospital madrileño Ramón y Cajal. El coronavirus “no ha dejado de evolucionar” y aunque “estamos en un valle, no hay que bajar la guardia” ante nuevas variantes como la XE, que «está creciendo en el Reino Unido pero sin revestir por ahora mayor gravedad”, explica a Efe Rafael Cantón.
El dato positivo es que los efectos de la ómicron silenciosa, variante dominante, es “más contagiosa que la ómicron pero no más virulenta ni patógena”, según ha indicado el jefe del Servicio Territorial de Sanidad, César Montarelo. De ahí que no se esté produciendo un incremento de ingresos hospitalarios, que es uno de los principales indicadores que siguen las autoridades sanitarias para estudiar la evolución de la pandemia.
A la espera de que hoy martes la Consejería de Sanidad actualice el informe de evolución de la pandemia, los últimos datos indican que la incidencia de casos de covid-19 en la Comunidad entre los mayores de 60 años, —población en la que se concentran los registros y solo se anotan ya los casos confirmados por sanitarios, excluyendo autotest— se ha duplicado en los últimos quince días, mientras continúa incrementándose la presión hospitalaria, que en el caso de las unidades de críticos el viernes rozaba el 9%, frente al 5,2% del pasado día 8 de abril.
La incidencia a siete días pasó de los 239 casos registrados el 8 de abril, a los 484 del día 22, lo que supone una subida del 102, 5 %, mientras que la incidencia a catorce días ha subido casi un 75%, para rozar los 839 casos.
Segovia, mejor situación
Por provincias, los peores resultados en incidencia de siete días los presentaba Soria (702), seguida de Zamora (662), Palencia (658), León (568). El nivel más bajo corresponde a Segovia (315), por delante de Valladolid (351), Ávila (415), Burgos (419) y Salamanca (470). En cuanto a catorce días, también Palencia presenta la incidencia más alta con 1.241 casos, por delante de Soria (1,236), Zamora (1.097), León (974), Salamanca (764), Burgos (752) y Ávila (707). Segovia, con 605, es la provincia con menor tasa, por delante de Valladolid (608). Todas las provincias, tanto en incidencia a siete días, como en catorce, se encuentran en riesgo medio.
En cuanto a la ocupación de camas hospitalarias, en el conjunto de la Comunidad se elevaba al 7,9 por ciento, con 478 pacientes ingresados, frente al 5,2 por ciento de hace quince días. Por provincias, la peor situación corresponde a León que, con un 11,6 por ciento, sube a riesgo alto, mientras que Soria y Segovia, con un 4,3 por ciento se mantiene en riesgo bajo. El resto de provincias están en riesgo medio con Zamora a la cabeza con un 9,5 por ciento, seguida de Burgos (8,3 por ciento), Palencia (8,1 por ciento), Salamanca (6,5 por ciento), Valladolid (6,4 por ciento) y Ávila (5,5 por ciento). Mientras tanto, la tasa de ocupación de las unidades de críticos en el conjunto de la Comunidad estaba el viernes en el 7,9 por ciento, cuando hace dos semanas era del 5,2 por ciento. Segovia se mantenía en nivel de riesgo muy bajo o ‘controlado’ con un 3,2% de ocupación.
No hay gripalización
En términos generales, la provincia de Segovia es la que está ofreciendo este mes los mejores indicadores, pero eso no debe hacer olvidar que “hay mucha circulación del virus y que en lugar de estar bajando la incidencia, está subiendo”, señala César Montarelo. El jefe territorial de Sanidad cree que esta tendencia al alza es la primera señal de los efectos de la movilidad de Semana Santa, que se van a hacer notar de forma más intensa en los próximos días, como también espera que influye en la misma dirección la retirada de la obligatoriedad del uso de las mascarillas en interiores. “Siempre que hay un aumento de la movilidad o una relajación de las medidas preventivas, una semana después empiezan a notarse los efectos en los datos epidemiológicos”, comenta Montarelo. Precisa que los datos de ingresos en las plantas y en las UCI del Hospital General son los más importantes para interpretar los efectos y evolución del covid.
Tal y como se está poniendo de manifiesto en los distintos foros sanitarios que estos días se celebran, como por ejemplo el seminario sobre los logros, los avances y el futuro de las vacunas celebrado en Madrid, con motivo de la Semana Mundial de la Inmunización, hay muchas incógnitas abiertas sobre la evolución de esta pandemia y su abordaje futuro.
Montarelo cree que “vamos a seguir conviviendo” con el virus pero lo “lógico” es pensar que cuando mejore la climatología y se vaya pasando el efecto de la Semana Santa y de eliminación de las mascarillas “disminuyan los casos y que si no aparecen variantes nuevas más agresivas, se vaya hacia una gripalización del covid”, de forma que sea una infección estacional, propia del invierno, frente a la que se desarrollen campañas de vacunación periódicas para proteger a los grupos más vulnerables. “Pero la gente no se debe confundir. Esto todavía no se ha producido. No hay gripalización porque todavía hay mucha trasmisión fuera de las estaciones normales de las infecciones respiratorias, estamos teniendo una incidencia alta y no sabemos si pueden llegar mutaciones ante las que la respuesta vacunal sea más baja. Hay que tener prudencia”, advierte el jefe de Sanidad.
