En nuestro país y en el resto del mundo, han proliferado la cantidad de incendios forestales que sufrimos cada año. No solamente ha aumentado la cantidad, sino la virulencia, intensidad y superficie quemada anualmente. Por ello, tener unos buenos reservorios de agua junto con una buena prevención de incendios, son esenciales hoy en día. Ambos aspectos a considerar, formarían parte de la planificación para los episodios de extinción de incendios forestales.
Pero en ocasiones, ante una intervención de extinción de incendios forestales con el empleo de medios aéreos, incluso también para los medios terrestres, se hace complicado poder disponer de masas de agua cercanas a los montes o zonas con masas forestales de cierta envergadura. Recorrer grandes distancias, entorpece y ralentiza las operaciones de extinción cuando se usa el agua como elemento extintor. Estos reservorios de agua pueden ser naturales o artificiales.
Entre los reservorios artificiales tenemos a los embalses, y en la provincia de Segovia disponemos hoy en día de siete (7) con una capacidad de cierta envergadura mayor o igual a 1 Hm3. También existen otros pocos de menor capacidad, generalmente en la cabecera de algunos ríos de nuestra provincia. Pero todos ellos, repartidos de manera desigual desde el punto de vista geográfico y territorial de la provincia. Otro reservorio artificial son depósitos o balsas creadas específicamente para tal fin.
Entre los reservorios naturales podemos encontrar lagunas, estanques, y balsas naturales en los cauces de los ríos o fuera de ellos, y pueden tener recarga natural o artificial.
Los hidroaviones son los elementos aéreos de mayor efectividad por la cantidad de elemento líquido extintor que pueden transportar, pero necesitan ciertas características dimensionales en los puntos de recarga, que generalmente en nuestro territorio solamente cumplen los embalses. Pero en ocasiones, dependiendo de la superficie, forma y longitud del embalse, se podrá o no podrá recargar en ese embalse, que a su vez, podrá o no podrá estar cercano al fuego a extinguir. Los hidroaviones pueden ser más o menos efectivos, según la casuística del lugar.
Los helicópteros de extinción transportan menos agua que un hidroavión, pero son más versátiles y funcionales a la hora de poder cargar agua en los puntos de recarga que puedan tener a su disposición. Estas zonas de recarga para helicópteros, ya no necesitan tener unas grandes dimensiones, y pueden ser perfectamente, estanques, lagunas, o masas de agua de dimensiones similares. Incluso en ocasiones de apuro, se usan a veces las piscinas municipales de los municipios.
Por todo ello, es importante para los servicios de extinción de incendios, disponer de información precisa de los posibles puntos de recarga de agua existentes, tanto para los medios aéreos como para los medios terrestres.
De igual modo, para los servicios de prevención, extinción de incendios y salvamento que intervienen en los entornos urbanos, es fundamental poder disponer de puntos de toma de agua y conocer su localización, que generalmente se trata de los hidrantes de incendios y bocas de riego que están conectados a la red de abastecimiento o riego municipal. También, conocer los reservorios de agua que pueda haber dentro del casco urbano o en sus inmediaciones.
Existen a lo largo del territorio provincial, puntos naturales de pequeñas masas de agua, dentro y fuera de los cauces de ríos y arroyos, que simplemente con una pequeña limpieza y restauración serían puntos favorables de recarga para episodios de incendios. Estos puntos, a su vez, serian zonas medioambientalmente recuperadas para la flora y fauna de la zona (Tabla 1).
Hay que tener en consideración que el agua es un elemento fundamental en las intervenciones de extinción de incendios forestales, y generalmente, el elemento extintor por excelencia. En un entorno o territorio, si la disponibilidad de agua es inexistente o escasa sin un acceso adecuado a la misma, los tiempos de desplazamiento y carga aumentarán considerablemente, lo que hará a su vez, que la superficie quemada aumente también en una proporción importante.
Existen hoy en día Comunidades Autónomas en España, que tienen incluso manuales y normas técnicas de las infraestructuras de prevención de incendios forestales, donde se contemplan ciertas medidas técnicas a la hora de incorporar diferentes puntos naturales o artificiales para la recarga de los medios aéreos o terrestres.
Para ello, cumpliendo una serie de requisitos mínimos, estos puntos de recarga podrán integrarse en un conjunto de ubicaciones denominadas ‘Red óptima de puntos de agua’, siempre que los medios de extinción puedan hacer uso de ellos en condiciones favorables de seguridad.
Estos lugares o ubicaciones que forman parte de esta red óptima de puntos de agua, pueden ser de uso múltiple, que además de servir para extinción de incendios sirven para otros usos como agrícola, lagunas, embalses, etc…, o puntos específicos con un único uso de extinción de incendios que generalmente suelen ser artificiales. También se puede subdividir en una red óptima para medios aéreos, con unos parámetros concretos, y una red óptima para medios terrestres con otras consideraciones técnica a cumplir.
En algunas ocasiones, se conocen zonas naturales como grandes charcas, estanques y similares, que son capaces de albergar una cierta cantidad de agua, pero que están semi-abandonadas, y con una pequeña restauración que a veces es una limpieza y poda de maleza, o una pequeña restauración del camino de acceso, pueden ser puntos favorables para formar parte de esa red óptima de puntos de agua para la extinción de incendios forestales. Pero estos lugares a veces son conocidos por pocos, y no han transcendido a las Administraciones que pudieran incorporarlos a su red de puntos de recarga para las intervenciones de incendios forestales.
La escasez de agua generalizada y la modificación existente en los ciclos de lluvia, hace que debamos adaptarnos a las nuevas circunstancias medioambientales y prever, en la medida de lo posible, el almacenamiento de agua es estas zonas o reservorios posibles en los periodos de lluvia, para su uso posterior en los posibles incendios u otros usos que puedan ser compartidos.
Existen lugares con pequeñas masas de agua que viene bien tener y conservar, y a veces con pequeñas actuaciones de conservación y mantenimiento, pueden ser sostenibles desde el punto de vista hídrico y medioambiental. A veces, ese pequeño azud en un río, no es necesario demolerlo, sino acondicionarlo para que su uso sea sostenible fluvialmente y medioambientalmente.
La participación ciudadana en facilitar información sobre posibles puntos favorables de recarga a las Instituciones Públicas, y de estas, en aportar medidas para que pueda mejorarse de manera satisfactoria esta red óptima de puntos de agua en el entorno forestal y en entorno urbano, hará que vayamos mejorando día a día en la prevención y extinción de todo tipo de incendios. ‘Unionis vim faciunt’.
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*ASIAMA, Asociación para la investigación del agua y del medio ambiente.
