Enterados de los siete títulos o cargos que recaen sobre la valía de nuestro nuevo Obispo don Jesús Vidal Chamorro, nos quedamos con el Cargo de presidente de la Subcomisión Episcopal para Seminarios.
La elección de esta estampa que re-coge la foto con este artículo, es la que luce, con toda buena fe, la imagen de nuestro querido San Frutos. La acción entusiasta del rector del Seminario de Segovia de exponer ahí tal escultura, es la imagen que puede servir como modelo a evitar y poder introducir, plenamente por fin, en los seminarios la asignatura pendiente y trascendental del Arte y su Patrimonio.
Solo la buena fe de los clérigos les ha podido salvar de la ignorancia supina en que salen del Seminario. En el currículo académico de su carrera han visto el arte como una asignatura optativa o secundaria. Solo la buena fe y el amor a las imágenes, que saben que son evangelizadoras, les ha salvado de no cometer fallos garrafales en la cultura iconográfica que abunda en ciudades patrimonio como Segovia.

La presente foto es del retablo Mayor de la Iglesia del Seminario Conciliar de Segovia. Un retablo barroco extraordinario, de los mejores de la ciudad en su género. Está esculpido y tallado por el prolijo maestro ensamblador José Vallejo Vivanco (1678) Está dedicado globalmente, a la Eucaristía. Su gran tabernáculo de columnas salomónicas con decoración de hojas de parra y vides nos muestran su significación eucarística.
La pregunta que salta a la vista es, como nos dijo un día, el gran escritor y conocedor del arte en Segovia, don Antonio Ruiz Hernando: ¿Quién ha hecho esto? Estábamos de visita turística. Nosotros nos preguntamos ¿qué pinta aquí la imagen de san Frutos, ermitaño y pobre del Duratón dentro de un tabernáculo de pan de oro, dedicado a la Custodia Sagrada? Aunque sea esta una imagen de extraordinario valor artístico, propio de José Salvador Carmona, (1.783).
Los que se toman a chanza lo más sagrado, dicen que como San Frutos tiene fama de “pajarero” le han metido, en esta especie de jaula de oro con toda su buena fe y simpatía. Otros le califican de “okupa” por aprovechar la ocasión de la ausencia, de esta su sede, de la Gran Custodia magnífica y sobresaliente, ahora expuesta en el museo del Palacio Episcopal.
En fin, todo un fenómeno, que de buena fe se pasa al ridículo cultural fácil-mente. Esta imagen del gran santo segoviano es inadecuada en este espacio eucarístico del retablo, adultera la personalidad global dedicada sobradamente al sacramento del Corpus Christi.

Conociendo la humilde historia de San Frutos, nos le imaginamos de rodillas, pidiendo perdón a Cristo por obligarle a okupar su trono: Sus palabras se harán eco de las de su Redentor: “Perdónales Señor porque no saben lo que se hacen”… Captar esa intuición global del significa-do del arte no es fácil. Y menos, si en el Seminario no se ha estudiado ni se ha meditado seriamente. Es muy agradable decir las imágenes del arte evangelizan, pero ¿cómo y quién sabe catequizar con el arte?
Nuestro Obispo, D. Jesús Vidal, miembro, cualificado por su cultura, reconocida por la Conferencia Episcopal Española, aportará, si lo juzga oportuno, esta pequeña experiencia que acabo de exponer en favor de la formación intelectual de los seminaristas. Mi generación clerical no tubo tal suerte. Después nos ha costado mucho ponernos a la altura mínima de mucha gente culta. Los sacerdotes con una buena preparación cultural en materia del arte, ciertamente pueden liderar el gran momento de la cultura iconográfica del patrimonio. Sus maravillosas imágenes de los templos dejarían de ser” convidados de piedra” en la evangelización.
Si una imagen vale más que mil palabras, la imagen de nuestro retablo es todo un poema para la formación intelectual de los futuros curas. A fin de que no se repita jamás esta inadecuada estampa.
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* Master en Patrimonio Cultural de la Iglesia.Salamanca-2009.