Silvia Olmos Arranz es la responsable del Aula Arqueológica de Aguilafuente, para lo que estudio Historia del Arte —y a pesar de que fue una carrera de la que muchos le dijeron que nunca tendría un trabajo, ahora lleva cuatro años desempeñando su labor en Aguilafuente “completamente enamorada” de lo que hace—.
— ¿Cómo nace la idea del Aula Arqueológica en Aguilafuente?
— La idea surge en el momento en que se excava el yacimiento de Santa Lucía, entre 1968 y 1972, como la idea de exponer los mosaicos que se encontraron. Coincide con una época en la que se está desarrollando en España el turismo, por lo que se ve como un posible motor turístico.
Lo que sucede después es que hay una serie de proyectos vinculados a la creación de este museo, pero como tardaría mucho en materializarse y el Ayuntamiento tenía la antigua iglesia de San Juan se decide reacondicionarla para meter ahí el museo que abre sus puertas en el año 2001.
— ¿Cuál ha sido el hallazgo más importante dentro de la excavación de Santa Lucía?
— Dentro de lo que es la excavación arqueológica, y lo comento de una manera personal, una villa del Alto Imperio de muy buena calidad, bien construida, que es donde está centrándose el equipo de excavación en la última campaña del 2025.
Pero además destacaría otros hallazgos, tales como una iglesia de finales del siglo V, principios del VI, que a día de hoy es la más antigua de la provincia de Segovia; la necrópolis o los mosaicos. Y es que, en cada campaña se han encontrado descubrimientos importantes para los arqueólogos, que convierten a Santa Lucía en uno de los yacimientos más importantes de la provincia de Segovia.
— ¿Cuáles son los mayores retos?
— Uno de los mayores retos es darlo a conocer, pues lleva abierto 24 años y la verdad que se conoce poco para la relevancia que tiene. Para mí, desde que llevo trabajando aquí mi reto fundamental es transmitir al público el gran valor patrimonial y cultural que tiene Aguilafuente.
— Además de la excavación de Santa Lucía, ¿qué destacaría del patrimonio cultural de Aguilafuente?
—La verdad que Aguilafuente, para ser un pueblo pequeño, tiene un gran valor patrimonial y paisajístico. Además, la exposición permanente de Florentino Trapero — un escultor bastante desconocido, natural de Aguilafuente— merece la pena conocerla. Es una parada fundamental para descubrir el patrimonio que tenemos en nuestro entorno. Así como la iglesia de Santa María, que es el escenario del Sinodal de Aguilafuente — el primer libro impreso de España—. La recreación histórica del Sinodal se llevo a cabo durante el primer fin de semana de agosto en el pueblo.
Además, Aguilafuente está incluido en la Asociación de Fiestas y Recreaciones Históricas de España y todo lo que incumbe al patrimonio cultural esta muy bien conservado como el paloteo en las Candelas o la fiesta de la Trashumancia.
— ¿Considera que se debe valorar más el municipio como parada obligatoria en una visita a Segovia?
— Por supuesto, es un destino de referencia por su patrimonio cultural, histórico e incluso paisajístico porque aunque no estamos en montaña ni cerca de un parque natural, aquí hay mucho turismo de este tipo. Pero nuestro patrimonio cultural es digno de ver y de admirar, y creo que la gente que viene a ver los pueblos de Segovia debería de hacer una parada en Aguilafuente.
— ¿Qué tipo de actividades ofrecen en el Aula?
— La oferta es muy variada y para todos los públicos. Por citar un ejemplo, tenemos la pieza del trimestre, es decir, ponemos en valor algo de la propia exposición. También hacemos talleres para mayores, niños, escolares, cuenta cuentos, conferencias — donde damos a conocer nuestro patrimonio — e incluso organizamos excursiones al patrimonio de otros pueblos cercanos.
— ¿Cómo ve el futuro?
— Espero un futuro prometedor, porque creo que lo que nos falta es un poco más de difusión, para que nos conozca más gente, pues las personas que vienen están muy intesesadas y se quedan gratamente sorprendidas con el recorrido histórico que se ofrecemos. Además, al estar en constante investigación y descubrimiento, nos encontramos en plena evolución y esto también es muy interesante para el visitante.
— Por último, ¿qué es lo que más le gusta de su trabajo?
— Transmitírselo a la gente. Para mí lo más bonito es contar a los demás lo que yo sé, lo cual conseguimos a través de las visitas al aula o a la exposición de Florentino Trapero, con la gran variedad de talleres infantiles y para mayores que organizamos… En definitiva, divulgar todo nuestro conocimiento y que la gente se lleve una buenísima sensación del gran valor patrimonial y cultural que hay en Aguilafuente.
