La iglesia de San Gil, arrabal de San Marcos, de la que leí en alguna parte que fue la primera Catedral de Segovia en tiempos del ‘arrianismo’, -preconizado este por Arrio, obispo hereje (según del lado que se cuente) que negaba la naturaleza divina de Jesucristo por los años 250 o 256-, fue demolida parcialmente en 1669 y totalmente en 1803. Al respecto cuento dos relatos más. En la referida iglesia, al parecer, estuvo escondida la talla de la Virgen de la Fuencisla a lo largo de varios siglos. Otra. La iglesia se situaba junto a las peñas que hoy ‘protegen’ la calle Marqués de Villena (‘viaje’ San Marcos-El Parral), lugar donde entonces llegaban las márgenes del Eresma. Luego, cuando el río fue recogiendo velas marginales, aparecieron huertas y viviendas.
Regreso a la ciudad para ‘notificar’ sobre el antiguo –mas todavía vivo-, Casino de la Unión. La institución segoviana, que había dejado su primera sede en el Palacio de los Uceda –donde después se cobijó la Diputación Provincial que hoy pervive, que no malvive, después de ampliar el espacio con la ‘fusión’ del Palacio de los Castellano-, tenía su sede (el Casino) en la c/Juan Bravo (1), local donde durante el período 1872-73 realizó una importante obra de reparación e incorporación de nuevo mobiliario. Su junta rectora se gastó una ‘pasta gansa’ y para celebrarlo organizó un gran baile de re-inauguración. Los salones estuvieron… ¡abarrotaos!
También les digo en relación con lo anterior, que la amplísima vidriera acristalada de la parte del referido edificio que miraba al Salón de Isabel II, fue realizada por el arquitecto vallisoletano Benito de Castro Rueda en el año 1912. El mismo que también ejerció de arquitecto municipal interino en varias ocasiones. El trabajo lo culminó en junio del referido año. Luego, ya en 1920, un voraz incendio se llevó todo al lugar de nunca volver y se perdió la gran mayoría de la historia escrita de la entidad. Se vendió el espacio quemado (1922) y se trasladó al lugar, que ahora es el edificio Almuzara para hacer parada y fonda, años 50 del siglo XX, en el actual edificio Sirenas. Siempre, el lector lo habrá vislumbrado, ubicado en lugares dentro de la muralla… y a lo lejos ‘La Mujer Muerta’.
Permítaseme dentro de este rosario de noticias, acogerme a mi derecho de poder afirmar y afirmo que el Mesón ‘del Peine’, ubicado en c/Carretas (San Millán), fue en su época (mediados y final del XVIII), el que acogía al mayor número de arrieros de los que a la ciudad llegaban. El boca a boca de los conductores de carros, carretas, limusinas y demás familia, sobre el ‘buen trato, buena comida y excelente hospedaje’, hizo que el lugar fuera casi parada oficial, donde las tertulias y los variados juegos eran de lo más normal.
De ahí el dicho ‘populachero’ ‘te voy a contar lo que vale un buen ‘peine’.
Y lo pasao, pasao. Lo publicó el Diario de Avisos con todo lujo de detalles en su edición de 29/12/1900 (o por cerca). Su sugerente titular: ’Disuelta la Policía Municipal’ ¡Qué fuerte! pues el Cuerpo se había creado –después de larguísimos debates en el Ayuntamiento-, seis meses antes. Componían el equipo un jefe y seis individuos ¿Qué pasó? Pues que la Comisión correspondiente puso a debate en el Pleno, presidido por el alcalde José Ramírez Díaz, retirar la partida económica que sustentaba el Cuerpo. ‘Su coste es muy alto’, dijeron como justificación para ello. Y se retiró.
Luego, no mucho tiempo después, porque se demostró que su servicio y eficacia eran necesarios -como lo son ahora- regresaron.
De oca a oca y tiro porque… me lleva la corriente. O así. También por falta de ‘monises’ el grupo de concejales aprobó que: ‘Siendo necesario y urgente comprar capotes para los guardias de Consumo, y dinero no hay para todos, cuando la mitad de los guardias no esté de servicio los que sí lo estén utilizarán esos capotes’.
De ahí nació el ‘quítate tú, que me pongo yo’, que tanto crece en política.
Adenda (2): El precio por capote, en total siete, no podían exceder de 30 pesetas. Para poder pagarlos se utilizó la consignación del capítulo de ‘imprevistos’.
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(1) Bajos del local donde se ubicó, entre otras cosas, el Banco Castellano, posteriormente sucursal de Caja Segovia, después Bankia y ahora… ‘disponible’.
(2) Una adenda es todo aquel añadido que se agrega a un escrito.
