La Guardia Civil de Segovia prestó auxilio durante los días que persistieron los problemas de nieve, a un total de 10.150 personas, y tuvo que rescatar o ayudar a 6.300 vehículos, que se vieron afectados por el temporal.
Así lo revela el balance de incidencias de la Comandancia de Segovia durante los tres días comprendidos entre el sábado 6 y el lunes 8 de enero pasados.
Aunque la incidencia que más se ha difundido es el colapso de la autopista AP-6 y sus ramales de Segovia (AP-61) y de Ávila (AP-51), en la noche del sábado al domingo, en estas carreteras la Guardia Civil auxilió a 471 vehículos, en los que viajaban 934 personas. De este modo, la mayoría de la actividad de la Guardia Civil se ha centrado en el resto de la provincia de Segovia, donde fueron muy diversos los episodios acontecidos por la gran nevada.
“Ha sido una locura continua”, señalan fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil, en referencia a la actividad frenética que tuvieron que realizar los agentes durante estos días.
La gran mayoría de las intervenciones se refieren a vehículos atrapados, y a personas que no pudieron salir de sus viviendas. Hay que recordar que en muchas localidades de la provincia viven solas personas ancianas. Pero no son ellas las que han precisado más ayuda, si no enfermos que necesitaban acudir a los centros médicos, montañeros, o vehículos que se salieron de las carreteras.
La situación requirió que los agentes que se encontraban trabajando prolongaran sus jornadas, y que otros que estaban de vacaciones o descanso se prestaran voluntariamente para ofrecer su ayuda. “No le ha importado a la gente estar más tiempo, como también hay que agradecer a los vecinos de los pueblos su colaboración desinteresada”, afirman fuentes de la Comandancia de Segovia, en referencia a los núcleos de la zona de El Espinar, Villacastín o Navas de San Antonio.
Entre las incidencias más señaladas se encuentran casos como el de varias ambulancias, que debieron ser rescatadas porque se quedaron atrapadas, o apoyo a los médicos para que acudieran a ver enfermos en sus domicilios; y trasladando a los propios pacientes a centros porque necesitaban ser tratados por diálisis o que les administraran inyecciones. A esto se suma el caso ya relatado de Espirdo, donde fue requerida la Guardia Civil por los vecinos para que evacuaran al Hospital de Segovia a una mujer a punto de dar a luz. Nació el bebé poco después de ser dejada por el coche patrulla en Urgencias.
También tuvieron que auxiliar a unos menores que presentaban deshidratación e hipotermia, para darles agua y comida en un turismo que se salió de la calzada.
El Ereim de Riaza debió atender a una familia de diez personas, que quedaron aisladas en una casa rural de la localidad de La Cuesta (Turégano). El mismo equipo debió rescatar a un montañero que quedó aislado en un refugio de montaña en La Panera, en el Espinar; y un vehículo quedó bloqueado en el puerto La Quesera, con tres ocupantes, uno de ellos de avanzada edad.
Tampoco faltaron los casos de que los propios agentes precisaran ayuda de compañeros al no poder llegar a puntos en los que se requería su presencia.
