Una excusa como podría haber sido otra cualquiera, pero bien pensada, organizada y, sobre todo, que lleva mucho de lo que es el municipio de Aguilafuente en la provincia de Segovia: mucho corazón, sentimiento y entusiasmo. Los ingredientes que pusieron cuatro mujeres del pueblo (Charo, Pilar, Raquel y Sandra) para organizar ‘La gran kintada’.
Entre ellas consiguieron que se congregaran en la localidad hasta 900 personas, de quintas desde 1940 (incluso anteriores) hasta la última de 2024. “Era realmente emocionante ver a toda un marea azul — color de la camiseta conmemorativa que todo el mundo lucía — con el lema a nuestras espaldas ‘No sabes lo que se siente si no eres de Aguilafuente’”.
Un sentimiento que transmitiron durante el invierno y la primavera y que se hizo realidad el sábado 5 de julio. “Podría contar miles de anécdotas de lo que la gente ha dejado de hacer en su lugar de residencia para venir al evento. Desde melómanas que vendían entradas de sus grupos favoritos en concierto que coincidían ese día en Madrid, por ejemplo, y lo dejaban para venir a su pueblo, hasta personas que recorrían más de 1.400 kilómetros para reunirse con la gente de su pueblo, incluidos pamplonicas a punto de comenzar su gran fiesta local”. Así, niños, jóvenes, adolescentes, padres, madres y abuelos — todos con el mismo atuendo— bailaron a la hora del vermut para calentar motores y juntarse después a cenar en la plaza de la Iglesia. “Era inevitable emocionarse, acrecentando aún más el orgullo de ser aguilucho, de sentir tu pueblo de esta forma y de dejarlo todo —incluso interrumpir vacaciones— para pasar una día con todos tus amigos de infancia, tus vecinos, tus familiares lejanos y cercanos”.
En paralelo y desde el día anterior se pudo visitar la exposición de trajes de los quintos del pueblo desde 1986 hasta 2024, “dejando muestra de esos atuendos que llevábamos con orgullo, que eran algo más que un traje de peña y que distinguían a los quintos de cada año”. Una muestra acompañada de una proyección de fotografías recopiladas “desde incluso más allá de 1986 para revivir por unos minutos aquellos años”.
“Qué fácil ha sido disfrutarlo todo, qué buena la idea y qué bien ejecutada por las cuatro heroínas de esta historia que, junto con sus vecinos, han dejado esta huella inolvidable y de la que ya les están pidiendo repetir”.
