La ganadería de lidia de Flor de la Canela, que se encuentra ubicada en la Finca ‘Serranillo’, en el término municipal de Corral de Ayllón, debutó el lunes en el Certamen ‘Camino hacia Las Ventas’ en la Plaza de Toros de San Martín de Valdeiglesias (Madrid). El hierro que gestionan la periodista Vanesa Santos y el diestro segoviano Pablo Atienza, que tomó la alternativa el pasado 31 de agosto, lidió tres novillos de gran juego en la que supuso su primera novillada sin picadores , dentro de un festejo en el que actuaron Marta Martín, de la Escuela de Galapagar; Jairo López, del Citar de Anchuelo; y Marco Peláez, de la de Colmenar Viejo.
jueves, 13 noviembre 2025
La ganadería segoviana de Flor de la Canela debuta en San Martín de Valdeiglesias
El hierro lidia tres novillos en el Certamen ‘Camino hacia Las Ventas’
Hierro de Flor de la Canela. / FINCA SERRANILLO
- La pillan cobrando ‘comandas fantasma’ y es despedida: esto dijo la Justicia sobre el despido de esta camarera
- Ni 500 euros ni 1.000: la primera moneda conmemorativa de 2 euros dispara su precio y esto te pueden pagar si la tienes
- Confirmado: Madrid tendrá un nuevo centro comercial con más de 16.000 metros cuadrados repletos de tiendas y ocio
- El truco de la abuela Alfonsa para que tus lentejas queden perfectas: «Para que tengan más sabor, echa estas especias»
- Mercadona escucha a sus clientes: trae de vuelta este desayuno con frutas que cuesta solamente 2,10 euros
- Elon Musk does it again – celebrates billion dollars approved for Tesla to manufacture millions of Optimus androids
- It’s official – Costco confirms mass closure of its U.S. branches on Nov. 27 for this reason
- It’s official – physicists disprove hypothesis that life is a simulation with a demonstration based on Gödel’s theorems
- Update on 3I/Atlas – emits clear radio signal, captured while gliding close to the Sun
- Goodbye to cable chaos – this Dollar Tree trick for $1 leaves your home tidy and tangle-free
Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda