Nació en un pueblo situado a 10 kilómetros del parque natural de La Laguna Negra, en Soria. Esto explica, en parte, el origen de su gran pasión. Pero no podría hablar de ello sin acordarse de su padre. Miguel Ángel Palomar se pasó toda su infancia “perdido en el monte”. Esta podría ser la mayor pesadilla de cualquier niño. No era su caso. “Es lo que me gustaba”, asegura. Ahora tiene “la suerte” de cuidar del que es su tesoro más preciado: la naturaleza. Desde 2016, es el Guarda Mayor de los agentes medioambientales de Segovia.
Palomar creció en una casa forestal apartada de la civilización, a 7 km de Vinuesa. El monte es el protagonista de todos sus recuerdos de infancia. Allí no iba solo. Con apenas cinco años, acompañaba a su padre a pescar y coger setas.
En 1983 se trasladó a Coca para continuar con sus estudios. Ya se siente “segoviano de adopción”. Hasta 2016, trabajó en la zona de La Losa, en la ladera de la Mujer Muerta. Quizá sea esto lo que le hace cuidar de los montes de la provincia de Segovia con tanto mimo.
Estar al frente de un puesto de responsabilidad no siempre es sencillo. “Es un trabajo bonito”, afirma. Esto no quita que requiera una gran dedicación y, sobre todo, a alguien con “un espíritu de servicio hacia los demás”, explica. En este sentido, Palomar puede estar tranquilo.
Tiene que “estar pendiente” las 24 horas del día. Por su despacho pasa la coordinación del trabajo de todos los agentes medioambientales de la provincia. Y lo que más le preocupa: la organización de las guardias de incendios. No obstante, no siente la presión del cargo. Lo lleva con naturalidad.
“La época estival es mucho más complicaba, porque cada vez dura más tiempo”, lamenta. El verano es sinónimo de descanso y felicidad. No para todos. Para Palomar, significa “tensión” y “preocupaciones”. Cuando llega la temporada, todo cambia.
El verano se extiende más de tres meses. A ello se une el incremento de “la presión social” en el campo. Esto aumenta la carga de trabajo en las guardias de incendios. De hecho, casi toda la plantilla de agentes medioambientales se dedica a este operativo en cuerpo y alma.
Desprende pasión por la naturaleza en cada una de sus palabras. Palomar es el responsable de que el monte segoviano esté dispuesto para el disfrute de la sociedad. A través de su protección, cuida también del ser humano. Esta es, sin duda, su mayor satisfacción.
