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La fe en Cristo resucitado y la situación actual

por José María López López
4 de abril de 2021
en Tribuna
JOSE MARIA LOPEZ 1
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La desindustrilización de España y las nuevas oportunidades que surgen para Castilla y León

EL REPLIEGUE INDIVIDUALISTA

¿Naviqué?

Tal como está la situación desde hace tiempo, agravada a causa de la pandemia de la Covid 19 y sus consecuencias de sufrimiento, muerte, paro laboral, desahucios, pobreza extrema, hambre, inseguridad y la dificultad que conlleva de imaginar el presente y encarar un futuro esperanzado, (aunque conviene recordar que el mundo Pre-Covid ya era un mundo tremendamente duro y desafiante para millones de personas), la fe cristiana en la resurrección representa una experiencia actual y tiene una importancia especial. Las numerosas crisis que estamos soportando, nos han robado no solo la estabilidad y la seguridad que parecíamos disfrutar unos, impensable para una buena parte de la humanidad, además nos han privado de esperanza, con sufrimiento y miedo. Así el futuro se nos hace cada vez más incierto. No solo el futuro familiar, social, económico, laboral, profesional, político…, sino igualmente el futuro religioso.

Al mismo tiempo y al contemplar nuestra historia y la de quienes sufren, descubrimos cantidad ingente de personas que día a día se ciñen la toalla del servicio –como hizo Jesús en la última cena- y están echando la limosna de sus propias vidas para aliviar, consolar, levantar, animar, sanar a los caídos y cansados del camino de la vida. Desde ellos nos sale la alabanza al Espíritu del Resucitado que de un modo imparable habita corazones anónimos para saber decir una palabra de aliento a la humanidad abatida y para recuperar lo que estaba perdido.

La fe en Cristo resucitado, cuya fiesta celebramos hoy, nos avisa de que la injusticia que provoca muerte ya está vencida, que el pueblo que vive en comunidad y se deja afectar para compartir en tiempo de crisis, luchando juntos por sus ideales, no quedarán defraudados porque Dios está con ellos.

Es el momento de despertar como cristianos y como ciudadanía para hacernos cargo de nuestra sociedad de un modo activo y participativo, encarnándonos en este momento histórico y sabiendo llegar con nuestros dedos y nuestras manos a la señales del sufrimiento en la humanidad. Es el momento de desarrollar la dimensión sociopolítica de nuestra fe, y hacernos cargo, con todos los demás ciudadanos, de nuestra realidad para hacerla más humana y más justa, para que siga avanzando el Reino de Dios.

Desde tantos gestos de servicio, hoy nos toca creer que Jesús, muerto en cruz, ha resucitado y vive en medio de nosotros, que merece la pena gastar nuestra vida y comprometernos en la construcción de un mundo nuevo, el mundo del amor, la justicia, la libertad y la alegría del resucitado.

Creer en el Resucitado es creer en la esperanza de una vida eterna que, por serlo, ya ha comenzado aquí. Creer en la otra vida, en el cielo, es buscar ser fiel a esta tierra hasta el final, sin defraudar ni desesperar de ningún anhelo o aspiración verdaderamente humanos. No es esperanza cristiana la que conduce a desentendernos de los problemas y sufrimientos de esta tierra. Precisamente porque cree, busca y espera un mundo nuevo y definitivo, el creyente no puede conformarse con este mundo lleno de lágrimas, dolor, sufrimiento, injusticia, mentira y violencia.
Quien no hace nada por cambiar este mundo no cree en otro mejor. Quien no trabaja por desterrar la violencia no cree en una sociedad fraterna. Quien no lucha contra la injusticia no cree en un mundo más justo. Quien no trabaja por liberar al ser humano de sus esclavitudes no cree en un mundo nuevo y feliz. Quien no hace nada por cambiar la tierra no cree en el cielo.

Creer en el Resucitado es creer que ahora Cristo está vivo, lleno de fuerza y creatividad, impulsando la vida hacia su último destino y liberando a la humanidad de caer en la destrucción de la muerte.

Recordemos con cariño a D. César nuestro obispo, compañero de página, y a todas las personas que, como él, pasan por el trance de la enfermedad. Oremos por ellos. Que experimenten en sus vidas la Pascua del Resucitado, que deseo Feliz para todos.
—
(*) Catedrático emérito.

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Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

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