Se jubiló el pasado curso. Es doctor en filosofía y fue profesor la mitad de su vida. Durante 35 años, Mariano Martín Isabel se dedicó a su segunda gran vocación. “Segunda” porque la primera siempre fue escribir. Pero no le gusta hacerlo sobre cualquier figura histórica. Es “muy de Segovia” y esto le ha hecho centrarse en una de las personalidades más icónicas de la provincia: Andrés Laguna.
Siempre ha pensado que un profesor no puede ser como el que trabaja en una fábrica poniendo y quitando tornillos. Al enseñar a sus pupilos, sentía que “la semilla no se sembraba”. Con el paso del tiempo ha comprobado que lo que enseñaba, ha calado hondo. Igual sucede con sus estudios sobre Laguna.
Cuando de pequeño paseaba por las calles de Segovia, se fijaba en el mismo instituto: el I.E.S. Andrés Laguna. No sabía quién era. Tampoco lo supo años después, incluso cuando dio clase en el centro educativo que lleva su nombre. Pero en 1999, se celebró el centenario del nacimiento de Laguna y todo cambió. “Un excelente amigo” le propuso hacer una unidad didáctica sobre él. Así lo hizo.
A medida que se sumergía en los documentos, le parecía más apasionante la figura de Laguna. En colaboración con otros profesores, hizo un libro sobre el médico humanista. El conocimiento que adquirió sobre la vida de Andrés Laguna, le valió para descubrir su pasión por la investigación. Pensó que estaría bien convertirlo en literatura y la forma más natural de hacerlo era el teatro. Fruto de ello surgió ‘Las ondas de La Laguna’.
“Es una figura injustamente desconocida en Segovia”, critica Martín. Fue el pionero de la unión cultural de Europa. Cree que no se le reconoce lo suficiente. Incluso considera que el premio Carlomagno debería llevar su nombre, porque “la unidad europea que forjó Carlomagno fue una unidad por las armas, mientras que la que proponía el segoviano era una unidad pacífica”.
Otra de las caras que destaca de Laguna es la lucha contra la superstición y la caza de brujas. “Se atrevió a decir que lo que llamaban brujas no era brujería en realidad”, sino producto del consumo de drogas o de la ignorancia. Para Martín, fue también un adelantado “en el esclarecimiento de la verdad por medio de la razón”.
El profesor pretende difundir el papel “tan relevante” de Laguna. Para él, la razón forma parte de su vida. Y ejemplo de ello es que no se cansa de estudiar a quien llevaba la razón por bandera.
