Sin duda no son tiempos fáciles para hacer política, sobre todo si piensas de forma única en el bienestar de la ciudadanía y las circunstancias sobrevenidas lo dificultan. Pero conviene reflexionar del modelo de sociedad y país que la derecha y la ultraderecha defienden y que podemos ver con sus votaciones y propuestas, aunque confieso que los poderes mediáticos se encargan de tapar.
Este es su modelo; en lo social defienden un país donde no hubiera un Salario Mínimo interprofesional de 1000 euros al mes, por el contrario, estarían más cómodos con 800 euros, lo que conseguiría generar trabajadores más pobres todavía. Donde no hubiera una reforma laboral que convierte el 50 % de los contratos en indefinidos y por lo tanto luche contra la precarización laboral. Su modelo de pensiones es el de la subida del 0,25 % cada año y la acumulación de pérdida de poder adquisitivo y el empobrecimiento a los que dieron todo. En los servicios públicos manifestaron su predisposición a la congelación del sueldo de los empleados públicos y a no aumentar las plazas de acceso al empleo público, con claridad para tener más fácil las privatizaciones. Tampoco apoyan la consolidación de los ERTES como herramienta de protección para el trabajador y la empresa, o el aumento de la financiación de la dependencia, o eliminar de la Constitución el término “disminuido” para referirse a las personas con otras capacidades.
En lo económico defienden la bajada de impuestos para que se beneficien los que más tienen, debilitar las inversiones en los servicios públicos para que sea más fácil las privatizaciones y repartir migajas a la ciudadanía que a la larga se vería perjudicada cuando necesitara la protección social (sanidad, educación, servicios sociales, etc.). No apoyaron medidas para favorecer a empresas tanto con la herramienta del ICO o las ayudas directas por los efectos de la pandemia, lo que hubiese conseguido muchos cierres y pérdida de negocios con actividad económica. Vemos que en la escena internacional no dudan de criticar al país o intentaron que los fondos europeos no llegaran a España. ¿Se imaginan si no llegaran esos fondos?
El impulso a la llegada del internet de alta capacidad antes de 2025 o los 10.000 m de euros para el reto demográfico, tampoco tuvieron una respuesta de apoyo clara.
Tampoco tendríamos regulación de la eutanasia, medidas urgentes en materia de protección y asistencia a las víctimas de violencia de género o la ley de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia. También, la nueva ley de Educación o la de Formación Profesional y la de Cambio Climático y Transición Energética. Un largo listado de leyes y derechos, que creo con humildad al menos una parte deberían haber apoyado por los beneficios para la ciudadanía.
Lo sucedido en el mayor incendio forestal de la historia de Castilla y León, y uno de los más trágicos en nuestro país, en la Sierra de la Culebra en Zamora (más de 30.700 ha calcinadas), también deja al descubierto las políticas de negar el cambio climático y sus efectos en cualquier época del año, la falta de inversión en prevención y extinción de incendios, que después pone en peligro nuestro patrimonio natural, los núcleos de población y a las personas, y se deben gastar ingentes cantidades en la extinción. Es una catástrofe, medioambiental, social y económica, pero vivimos otra hace unos meses en la provincia de Ávila (22.000 ha calcinadas) y no se ha producido ningún cambio. En Segovia también entre Nieva y Nava de la Asunción en 2017 lo comprobamos, con casi 400 ha calcinadas. Si después de estas catástrofes no se produce asunción de responsabilidades políticas en la Consejería de Medio Ambiente y cambios drásticos en las políticas practicadas que conducen al desastre, quedará en evidencia el interés que tienen y la España que dibujan.
——
(*) Diputado del PSOE por Segovia.
