Buscando, años ha, en Estudios Segovianos, publicación de la Real Academia de San Quirce, la referencia de un pintor pensionado en la Residencia de Pintores el año 1956 y llamado Ángel Orcajo ( sin hache ) que se colocó entonces en los primeros puestos, me tropiezo ahora con la reseña de una conferencia que pronuncie el 15 de Mayo del año ya dicho.
Estaba Segovia, en esos días, seriamente alterada por un proyecto muy avanzado del ingeniero Paz Maroto que se proponía trasvasar el Río Moros a la vertiente sur de la Sierra, para facilitar los asentamientos humanos, de segunda residencia, en el Guadarrama mirando a Madrid.
Muchos segovianos nos levantamos sobre tal pretensión aunque tuviéramos domicilio en ambas ciudades.
La conferencia en La Real de San Quirce, cuyo título era “El río Moros y la sierra de Segovia” fue el colofón de una campaña de prensa, en Segovia y Madrid, después de que recorriéramos todo el cauce, desde su nacimiento hasta su desembocadura. Eran años de juventud y nos lanzamos a recorrer, paso a paso, la geografía provincial.
Fuimos desde la capital hasta Riaguas de San Bartolomé (ciento treinta y cinco kilómetros) por la Sierra hasta Riaza y luego por el llano a Fresno de Cantespino hasta el pueblo donde nació Antonio Rivera Ramírez, “El Ángel del Alcázar”.
Subimos, desde el Monasterio de El Paular, a la Laguna y cumbre de Peñalara. Nos hicimos la cuerda del macizo Serrano, desde Somosierra hasta La Buitrera y bajamos, por San Benito, a Riaza.
Pero todo tenía su razón. Estudiar nuestraTierra y sus cosas, conocer y convivir con sus gentes, buscar apoyos para su desarrollo conociendo su estructura física sí, pero también la humana y lo que de esta se podía esperar.
Anduvimos y confraternizamos con y en Escalona, Pinarnegrillo, Aguilafuente, Fuentepelayo….
Pero, sin embargo, la marcha por el cauce del Río Moros, con mil aspectos diferentes, era pura y llanamente reivindicativa.
Para ello, dos escritores de pluma fácil y comprometidos con una Segovia mejor: el Marqués de Casasola y Javier Bustamante afilaron la pluma.
Aquella actividad, por nuestra parte, tenía un finalidad en favor de unir el norte y el sur de la península, desde Segovia y Castilla, cuál era el Túnel de Guadarrama, con proyecto de César Sanz Pastor y del también ingeniero Fernando Quintanar.
No fue, aquella ocasión, solo para frenar el injusto trasvase de un modesto río segoviano, sino la batalla ganada con la valiosa colaboración de D. Fernando Villalonga, a través de la empresa
“Túneles y Canales, S.A.” que conseguimos (fácil de comprobar ahora) el trasvase de miles de automóviles y camiones todos los días, a través del túnel de Guadarrama.
Objetivo cumplido y el Río Moros sigue cantarín y útil por el cauce natural que, su humildad, encontró hace siglos.
Laus deo.
