‘La vuelta al cole’ sigue siendo un tema espinoso cuando faltan tan solo unas jornadas para que los más pequeños, que serán los que comiencen antes las clases, regresen a las aulas. Este asunto no es un problema de ayer, ya que durante todo el verano se lleva meditando acerca de él sin que las Administraciones hayan concretado nada hasta el último momento.
Al menos, a estas alturas la comunidad educativa sabe a lo que va a tener que atenerse a partir del día 9 de septiembre, cuando los niños de Educación Infantil y Primaria tengan que regresar a las clases. Todo un verano plagado de declaraciones para finalmente acordar en los últimos quince días una cuestión que por mucho que se ignorase no iba a desaparecer.
De esta manera, el Gobierno central acordó con las autonomías una serie de medidas hace apenas unos días que marcan ‘la vuelta al cole’. Entre las más importantes cabría destacar la mascarilla obligatoria para mayores de seis, distancia de metro y medio, toma de temperaturas a alumnos y profesores, ventilación constante en las clases, los grupos burbuja (solo se relacionan entre sí y no con el resto de alumnos) y evitar el contacto entre alumnos de distintas clases.
A estas se unen las anunciadas por la Junta de Castilla y León, que recogen la necesidad de detallar un plan de actuación por centro, la bajada de ratios de alumnos dentro de las clases y el aumento del número de profesores.
Estas medidas en conjunto crean reacciones distintas entre asociaciones de padres y sindicatos de profesores, que sin embargo coinciden en un punto clave: la dificultad de garantizar la aplicación de todas las medidas de distanciamiento y de protección dentro de los centros educativos entre unos colectivos muy proclives al contacto social.
La presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Segovia (Fedampa), Noelia del Barrio, ve con esperanza las medidas acordadas y cree que “si todo lo que dicen se termina haciendo”, espera que sea suficiente para proponer una ‘vuelta al cole’ con garantías. “Hay que arrancar para ver si se cumple todo”, reconoce, mientras admite que algunos centros “deberían retrasar el inicio” ya que no ha dado tiempo a reorganizarlo todo. “La situación en algunos colegios es un caos ahora mismo por el poco plazo que se les ha dado, otros simplemente son muy difíciles de adaptar”, resume.
“Las medidas quedan bonitas en un papel pero luego hay que aplicarlas, algo que va a ser muy complejo”, admite, al tiempo que reconoce que van a “estar muy vigilantes” ante un comienzo que va a ser “complicado”.
Teme por algunas cuestiones en especial, como los comedores escolares y el transporte, aparte de indicar que los grupos burbuja solo están aislados dentro del centro, pero que eso termina tras salir del centro educativo, por lo que no se asegura su efectividad. “La burbuja se va a romper”, augura.
Se muestra muy crítica con los ratios, ya que “no se han reducido lo suficiente” y teme que “va a haber rebrotes pronto”, aunque espera que al menos gracias a las medidas se “localicen rápido y sean controlables”.
Más críticos se muestran los sindicatos de profesores. De esta forma, la responsable del área de Educación de CSIF Segovia, Yolanda Domínguez, recrimina a las Administraciones su “tardanza en la toma de decisiones” y que todavía no se haya conseguido cerrar un protocolo general para regular la actividad educativa en tiempos del coronavirus.
“Ha habido una dejación de funciones, las medidas se tendrían que haber pactado antes”, reconoce, al tiempo que asegura que “los centros están haciendo un trabajo titánico para adaptarse”. “No hay recursos para volver de forma segura, se tendría que haber optado por buscar otros espacios u otras opciones”, reflexiona.
Domínguez confía en que los protocolos funcionen, aunque no cree que se pueda evitar brotes dentro de los centros. “Seguro no hay nada”, aclara.
Por su parte, el responsable de Educación de CCOO Segovia, Óscar Sancho, indica que “los ratios no se han reducido de forma suficiente” y el “80% de los edificios no están en condiciones de adaptarse para cumplir con las medidas previstas”.
“Hay que decir la verdad, no es seguro, el regreso a las aulas en Castilla y León va a ser peligroso”, concreta Sancho, indicando que dadas las medidas actuales va a ser muy difícil que no aparezcan rebrotes en el corto plazo.
Desde CCOO reclaman que se clausure el centro donde aparezca un brote, aunque “ahora mismo lo que se tendría que hacer es retrasar la vuelta a las aulas y pensar en medidas que en verdad haga seguro el regreso a los centros educativos”, dice rotundamente.
“Les ha pillado el toro, el carrito de los helados y un montón de cosas más” manifiesta Sancho, que cree que la Junta de Castilla y León ha actuado mal y tarde, dejando ahora a la comunidad educativa sin margen de maniobra.
