El reloj municipal marcaba las nueve de la mañana cuando comenzó en el Salón de Plenos del Ayuntamiento el pleno extraordinario con la aprobación del presupuesto municipal de 2025 en el horizonte, que finalmente se llevó a cabo en una jornada repleta de palabras, pero también de silencios incómodos y declaraciones cruzadas, con la cifra de 81.056.587,19 euros como epicentro del debate político local.
El equipo de Gobierno del Partido Popular, encabezado por José Mazarías, logró sacar adelante su propuesta presupuestaria con el voto favorable de su grupo y la abstención clave de la edil de Ciudadanos, Noemí Otero. Un resultado que, sobre el papel, parece una victoria institucional. Pero tras el telón, las palabras dibujaron un escenario menos compacto, menos claro y desde luego, menos eufórico del que los números podrían sugerir.
Un presupuesto “justo y plural” para el PP
Mazarías fue el encargado de presentar ante la corporación las líneas maestras del presupuesto, poniendo el énfasis en cuatro grandes pilares: la dotación y modernización del personal municipal, la inversión real en la ciudad, la proyección de Segovia como Ciudad Europea del Deporte y el apoyo a colectivos sociales, culturales y vecinales.
“El presupuesto es justo, equitativo, plural y transparente”, afirmó Mazarías mientras recorría un documento que incluye 8,33 millones en inversiones. De estas, destacan partidas para renovar el alumbrado público con financiación del IDAE, mejorar instalaciones deportivas y escolares, y acometer arreglos en infraestructuras básicas como redes de agua, parques o mobiliario urbano.
Uno de los proyectos emblemáticos es la mejora del polígono de Hontoria, al que se destinan 1.000.000 euros, y el plan de asfaltado, con 539.000 euros, a lo que se suman 400.000 euros para el acondicionamiento del aparcamiento dotacional del CIDE. El vial de acceso a la estación del AVE, entre otras obras, completa la lista de actuaciones.
El alcalde defendió también la sostenibilidad técnica del documento, asegurando que cumple con las reglas de gasto y la normativa estatal. “Quienes hablan de inestabilidad, se olvidan de que, con los ajustes realizados, este presupuesto cumple y permite avanzar”, concluyó.
La abstención justificada
Si hay una figura que emergió del Pleno con un protagonismo ineludible fue la de Noemí Otero, única concejal de Ciudadanos. Su abstención permitió al equipo de Gobierno desbloquear las cuentas, pero su discurso fue una mezcla de defensa del acuerdo alcanzado y de reproche hacia el resto de grupos.
“Llevamos desde octubre escuchando a los colectivos. Estos presupuestos incluyen propuestas reales para el comercio, la hostelería, la cultura o el tercer sector”, explicó Otero, quien destacó la inclusión de subvenciones para proyectos culturales por más de 200.000 euros, un plan de renovación para los polígonos industriales y una nueva línea de ayudas al emprendimiento por 75.000 euros.
La oposición cuestionó el documento por su desequilibrio económico, la escasa ejecución prevista y la falta de respuestas a las necesidades sociales y de vivienda
Especial mención hizo al respaldo a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Segovia, cuyo trabajo calificó como “imprescindible. Damos soporte a más de 300 familias, y necesitaban este respaldo”, subrayó.
Pero también hubo crítica directa al Grupo Socialista y a su portavoz, Clara Martín, a quienes acusó de “intoxicar” el proceso presupuestario. “Mentir sabiendo que se miente es tener mala fe”, lanzó sin ambages.
Otero justificó su voto como un gesto de “generosidad y responsabilidad” que pone “a los segovianos por encima de todo”, aunque concluyó con una advertencia al alcalde: “Ahora es el momento de que cumpla su palabra”.
Un frente común con matices
El rechazo vino desde la izquierda, pero no sin matices. Guillermo San Juan, portavoz de Podemos, centró su intervención en el carácter “injusto y desequilibrado” del documento. Su crítica se ancló en el tiempo —el presupuesto se aprueba en abril, lo que deja menos de seis meses para su ejecución— y en el fondo: “Mientras se sube el IBI a los barrios, se mantienen bonificaciones a entidades religiosas y concertadas por valor de más de medio millón de euros”.
San Juan lamentó que no haya ninguna partida para vivienda pública y denunció la falta de políticas de salud mental, adicciones o ayudas escolares. También cuestionó el reparto de las inversiones: “Solo uno de cada cuatro euros va a los barrios”, dijo.
Más crítico aún se mostró el edil de Izquierda Unida, Ángel Galindo, quien calificó el pacto PP-Ciudadanos como “el pacto de la vergüenza”. “¿Por qué se avergüenzan del acuerdo si creen que es bueno para la ciudad?”, se preguntó, criticando que no hubiera comparecencia conjunta ni fotografía del acuerdo. “Nos enteramos del Pleno por los medios”, acusó.
Galindo también ironizó sobre la fiabilidad del alcalde: “¿Esta vez su firma vale, señor Mazarías? Porque la última vez dijo que no tenía valor”. En su visión, el diálogo con la oposición ha sido inexistente: “A nosotros nunca nos convocaron”.
VOX: del rechazo al descrédito
Desde el grupo municipal de VOX, la portavoz Esther Núñez centró su discurso en la supuesta “debilidad del Gobierno municipal”, al que acusó de no haber sabido negociar ni ejecutar: “Ni siquiera pudieron ejecutar más del 68 % del presupuesto de 2024, ¿qué credibilidad tienen ahora?”, preguntó.
Núñez lamentó que el alcalde haya necesitado la “muleta” de Ciudadanos y calificó los presupuestos como “continuistas, ineficaces y sin ambición”. Y no faltaron críticas ideológicas: “Han heredado el relato de los socialistas, el gasto superfluo y los impuestos altos”, afirmó.
El PSOE y la estabilidad presupuestaria
Por parte del Grupo Socialista, la portavoz Clara Martín estructuró su intervención en torno a tres ejes: desequilibrio económico, baja ejecución y falta de realismo en las necesidades sociales. Denunció un “déficit estructural de cerca de 4 millones de euros” que, según alertó, podría obligar al Ayuntamiento a aprobar un plan económico-financiero de reequilibrio.
Martín recordó que el informe de estabilidad presupuestaria ya prevé que no se ejecutará más del 75 por ciento del presupuesto, lo que para ella demuestra la falta de planificación. “Si ejecutan más, rompen el equilibrio. Si ejecutan menos, engañan a la ciudad”, explicó.
Su crítica también alcanzó al proyecto Impulse promovido por la Junta de Castilla y León, al que tildó de “anuncio electoral” sin garantías de ejecución. “Este presupuesto ya contempla cerca de 4 millones para ese proyecto, sin tener claro en qué se van a traducir”, afirmó.
Por último, la edil lamentó la escasa inversión en vivienda, las ayudas simbólicas al comercio y la “política del espectáculo” del PP. “No podemos avalar unos presupuestos que ni equilibran, ni ejecutan, ni mejoran la vida de la gente”, concluyó.
Los remanentes
Junto al presupuesto, el Pleno aprobó una modificación presupuestaria de 4.690.083,28 euros mediante crédito extraordinario, destinada a actuaciones urgentes. Esta medida salió adelante con el apoyo del PP, las abstenciones de Ciudadanos, PSOE, IU y Podemos y el voto en contra de VOX.
Entre los destinos de estos remanentes se incluyen la adquisición de terrenos en las Lastras (1 millón), el vial entre las rotondas del Pastor y Campos de Castilla (1,24 millones) y la renovación del alumbrado ornamental del Acueducto (más de un millón de euros). También se contemplan ayudas al comercio por 350.000 euros y diversas actuaciones en abastecimiento, bombeo y fiestas populares.
Las enmiendas
El pleno desestimó un total de cinco enmiendas presentadas al proyecto de presupuestos municipales, dos a la totalidad y tres parciales. Las dos enmiendas a la totalidad, una del PSOE y otra de IU, fueron rechazadas en un debate marcado por las acusaciones de falta de diálogo y ejecución presupuestaria.
Jesús García Zamora (PSOE) calificó los presupuestos de “monólogo político” y criticó su escasa conexión con las necesidades reales de la ciudadanía, con una mención especial al coche del alcalde, al que “no le valía un Fiat Cinquecento en lugar de un coche de alta gama”, mientras Guillermo San Juan (Podemos) insistió en que “las inversiones siguen sin llegar a los barrios”. IU, por su parte, denunció que el aumento en la recaudación no se traduce en mejoras en servicios básicos como vivienda o educación.

La portavoz del PP, Rosalía Serrano, respondió defendiendo la “responsabilidad y equilibrio” del presupuesto y negó que haya falta de diálogo. Tampoco faltó el recuerdo a la herencia socialista, ni las referencias a los aumentos de las dotaciones tanto a la Fundación Juan de Borbón como a la Empresa Municipal de Turismo.
Tampoco prosperaron las tres enmiendas parciales. Podemos defendió 15 propuestas valoradas en 1,5 millones de euros, enfocadas en cultura, vivienda y servicios sociales. San Juan criticó el “desequilibrio en las ayudas” y reprochó que la Fundación Juan de Borbón reciba más fondos que 35 entidades culturales juntas, poniendo de manifiesto que presentaba una quincena de enmiendas parciales “pero podrían ser veinte o treinta y cinco”.
El PSOE mostró simpatía por varias propuestas, pero se abstuvo por diferencias en algunas partidas. IU también optó por la abstención. Serrano (PP) consideró las propuestas “populistas y demagógicas” y defendió el incremento a la Fundación como consecuencia de la actualización salarial de sus trabajadores.
Otra de las enmiendas, presentada por el PSOE, pretendía reintroducir los bonos al comercio local, una medida que, según la concejala Clara Martín, “fue una exitosa iniciativa socialista”. Sin embargo, PP, Ciudadanos y Vox votaron en contra.
Finalmente, Izquierda Unida propuso una reducción del gasto asignado a los grupos municipales, afirmando Galindo que, en el caso de que saliera adelante esa enmienda, su grupo municipal se abstendría en la votación final de los presupuestos. A pesar de contar con el apoyo de PSOE y Podemos, y la abstención de Ciudadanos y Vox, el Partido Popular bloqueó la medida con su voto en contra.
