En el barrio de San Gil, el aplauso de las 20.00 horas tiene banda sonora: la que pone el joven músico cuellarano Álvaro Zarzuela. Los vecinos no dejan de agradecerle sus melodías -también a través de vídeos en las redes- que cada día tocan un estilo diferente pero siempre sirven de aliciente para saber que queda un día menos para que todo acabe y la música llene las calles acompañada de algarabía.
Álvaro procura animar a los que le han visto crecer como músico y levanta su trombón cada tarde tras el merecido aplauso a los sanitarios; los vecinos de los balcones que le rodean cada día miran al suyo con un poco más de esperanza, la que brinda la música, reconocida terapia para el confinamiento.

