La Casa del Pulimento, —edificio ubicado en la entrada de La Granja desde la carretera de Torrecaballeros— necesita financiación urgente para poder cubrir su tejado.
Se trata de una infraestructura del siglo XIX que se encuentra en muy mal estado. De hecho, un estudio patológico llevado a cabo el pasado año encargado por la asociación artístico-tecnológica ‘Amigos del Vidrio’ le daba en aquel momento al edificio, dos años de supervivencia. Desde entonces se pretende lograr su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) —por albergar una revolucionaria máquina de pulimento en aquel momento—, pero en lo que llega, el edificio se sigue destruyendo. Prueba de ello es la pérdida de su tejado con las nieves caídas el pasado mes de enero.
“Según la aparejadora municipal se corre el riesgo, por estar a la intemperie”, detalla el presidente de la asociación, Ricardo Hernanz, “de que si hace mucho aire alguna de sus paredes se caigan” y, por lo tanto, desaparezca la totalidad de la infraestructura granjeña.
Por ello, explica Hernanz “urge hacer un cubrimiento del tejado”.
Las labores de saneamiento y limpieza, tanto del exterior como del interior de la Casa del Pulimento, ya han finalizado —se han sacado cinco contenedores de escombros que eran, básicamente, madera podrida—, por lo que ahora, en lo que se afanan es en lograr la financiación necesaria para lograr un techamen digno.
Arqueólogos
Entre medias, un equipo de arqueólogos también está realizando un estudio previo, para poder hace las catas interiores, para determinar dónde estaba exactamente la máquina de pulimento y “ver lo que se puede recuperar de ella”, narra entusiasmado el presidente de la asociación de ‘Amigos del Vidrio’. Esas catas también determinarán por dónde pasaba la cacera —el río artificial por el que llegaba el agua hasta el edificio para hacer funcionar la máquina de pulimento—.
Pero lo más urgente ahora es lograr un mínimo de 7.000 euros por parte de entidades públicas y privadas para poder llevar a cabo el cubrimiento del tejado.
En ese punto hay dos opciones, que se haga uno de manera rápida y provisional —y más barato— o hacer uno definitivo y lo más semejante al original.
“Dependiendo del dinero que se consiga”, explica Hernanz, “haremos un cerramiento u otro”, aunque reconoce que “no soy partidario de gastar 7.000 euros para hacer un tejado provisional y luego tenerlo que desmontar, pero depende del dinero que podamos conseguir”.
Estimación
El precio que costaría un tejado fijo aún no se sabe, pero José Mata Wagner, el arquitecto que se está encargando de la infraestructura y que ya realizó el estudio preliminar, está trabajando para poder hacer una estimación aproximada. “Está estudiando qué precio tendría un tejado a dos aguas tal y como era en su origen”.
“Le hemos pedido la estimación del precio del tejado sin lucernarios, porque ahí también tenemos una duda de si el edificio original los tenía o no”, reconoce Hernanz, que añade que “esos detalles también varían el coste”.
“Todavía se está estudiando porque según unos bocetos sí que los tenía y según otros no”, desvela Hernanz que reconoce que “por eso aun no nos ha hecho precio”, zanja Ricardo Hernanz.
Una vez que se pueda cerrar el tejado para salvaguardar la pervivencia del edificio se pasaría a la tercera fase del proyecto que se está llevando a cabo para su declaración como BIC, que estudiará los usos que haya tenido el edificio, ya que lo que sí que se sabe es que a finales del siglo XIX dejó de pertenecer a la fábrica de vidrio y fue, entre otros menesteres, un establo.
Una vez concluida la tercera de las fases, aunarán toda la documentación para presentar e intentar que el edificio sea catalogado como Bien de Interés Cultural.
