La plataforma Futuro Limpio en la Campiña Segoviana participó el fin de semana en una protesta contra las macrogranjas celebrada ante las Cortes de Castilla y León junto a otros colectivos y ciudadanos de toda la Comunidad. Bajo el lema ‘Moratoria ya, ni una licencia más’ denuncian los cientos de proyectos de ganadería industrial que “amenazan” el futuro de la comunicad autónoma. Según informan en un comunicado, en enero de 2021 se registraron en Castilla y León 4.340.122 cerdos, “una cifra que casi dobla a las 2.394.918 personas censadas en la Comunidad», según el último dato del INE.
Se solicita a las autoridades autonómicas y al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, que, en base a sus competencias, se suspenda la concesión de licencias de nueva creación y ampliación para explotaciones de ganadería intensiva “ante su proliferación desmesurada y descontrolada en España”.
Los pueblos de la Campiña Segoviana denuncian que “no es lógico que Segovia tenga 1.300.000 cerdos en una provincia en la que solo viven 150.000 personas, ni que España se haya convertido en la pocilga de Europa”. “En España –afirman– se cría ya el 20 por ciento de la cabaña porcina del viejo continente y se matan un millón de cerdos a la semana. Nuestro país es el mayor explotador de cerdos a China y en nuestras fronteras hay más de 86.000 explotaciones porcinas, de las que más del 80 por ciento son intensivas o industriales. Hay 38 proyectos pendientes de aprobación en esta provincia, en la que buena parte de su territorio es zona vulnerable por la alta contaminación de nitratos”.
Futuro Limpio Campiña Segoviana es una asociación de la provincia que aglutina el sentir mayoritario de más de 20.000 habitantes que viven en más de 50 municipios. Subrayan que la ONU lleva años demostrando a través de múltiples estudios que “la ganadería industrial no es sostenible y que perjudica, no solo el entorno donde se ubican las macrogranjas, sino al planeta en su conjunto por la emisión de gases muy nocivos como el metano y el amoníaco, por la filtración de contaminantes a acuíferos, y por el elevado consumo de recursos hídricos y naturales por parte de la ganadería industrial. Más de dos terceras partes de los territorios agrícolas de España van destinados a alimentar a los más de 900 millones de animales que cada año se sacrifican en nuestro país, la mayoría para la exportación”.
