Sin ninguna duda, la aplicación de la rebaja de 20 céntimos por litro de combustible tiene cierta repercusión en las carteras de los usuarios, pero sobre todo en la de los sectores que hacen de los carburantes su primera materia prima. Es el caso de los transportistas -tanto de viajeros como de mercancías-, taxistas y agricultores, entre otros muchos.
De este modo, si se toma como referencia el consumo mensual de hidrocarburos en el conjunto de Castilla y León, que ronda los 140 millones de litros -tanto de diésel como de gasolina 95-, la rebaja supone un ahorro mensual cercano a los 33 millones de euros, lo que se eleva a cien millones hasta el próximo 30 de junio.
Las bonificaciones de 20 céntimos por litro afectan a los cerca de 1,5 millón de conductores censados en la Comunidad. De este modo, se aplica en el carburante empleado en motores de vehículos terrestres, embarcaciones y motores estacionarios y todo tipo de maquinaria. A ello se suma que, en total, aproximadamente 9.000 empresas de transporte serán beneficiarias de otras ayudas directas por camión (1.250 euros), autobús (900 euros), furgonetas y ambulancias (500) y taxis y VTC (300 euros).
En concreto, esta medida responde al Real Decreto-ley de medidas urgentes en el marco del Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania, cuyo propósito es que “ningún sector -sobre todo los más desfavorecidos y las personas más vulnerables- se sienta desprotegido o desatendido”, tal y como declaró la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones.
