Una exposición sobre el Martinete de Navafría inaugura las actividades del proyecto cultural en torno al ingenio hidráulico. El delegado territorial de la Junta en Segovia, José Mazarías, acompañado por la alcaldesa de Navafría, Jennifer Berzal, visitaron el pasado viernes en la zona infantil de la Biblioteca Pública la exposición temporal ‘Martinete de Navafría. Un taller de fundición del cobre del siglo XIX’’, con la que la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Consejería Cultura y Turismo inaugura las actividades del proyecto cultural del mismo nombre, una propuesta divulgativa que fomenta el conocimiento y disfrute del ingenio hidráulico entre los ciudadanos.
El proyecto cultural persigue obtener el aprecio por parte del público de este singular complejo artesanal que estuvo dedicado al batido y moldeado de utensilios de cobre, y es único en su género en Castilla y León. El cese de la actividad del Martinete llegó con el fallecimiento de su último batidor, Victoriano Abán, en 1999. Un año antes, en 1998, la Junta de Castilla y León lo había declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento. El proyecto, con un presupuesto de 14.000 euros, es una actuación enmarcada en el programa Operativo FEDER 2014-2020 de Castilla y León, que cuenta, por tanto, con financiación de los fondos europeos de desarrollo rural.
El carácter divulgativo de la propuesta se concreta en varias acciones: la exposición, que permanecerá en la sala de actividades de la zona infantil de la Biblioteca hasta el 27 de noviembre, para luego trasladarse al Ayuntamiento de Navafría, donde podrá visitarse desde el 29 de noviembre al 20 de diciembre; visitas guiadas a la muestra y talleres didácticos para escolares, también en la Biblioteca Pública; y elaboración y difusión de contenidos divulgativos. Es decir, actuaciones que prestan especial atención al público más joven, en las que las actividades están adaptadas a su edad.
El montaje de la exposición recoge en seis módulos informativos la historia del Martinete de Navafría, que tiene su origen en 1850, cuando los hermanos sorianos Enrique y Manuel Abán se instalaron en Segovia para desarrollar su oficio tradicional: el trabajo del cobre. Construyeron entonces dos martinetes en la localidad segoviana de Navafría, uno, que desapareció durante la Guerra Civil, se instaló en el lugar de Majalcarro y se conocía como martinete de arriba, y el otro, el denominado martinete de abajo, es el que sobrevive hasta la actualidad en manos de los herederos de la familia, y se ha convertido en un pequeño museo en el que mostrar esta habilidad y conservarla para el futuro.
Se trata de un ejemplo de establecimiento preindustrial de tratado de cobre que representa la continuidad de un método artesano que se remonta a la tecnología de la Edad Media, e incluso a la Edad Antigua.
