Un comunicado que recibo de Cruz Roja como muy antiguo socio de la misma, dice: El pasado 8 de septiembre se cumplieron 150 años desde que el Boletín de Cruz Roja Española, denominado “La caridad en la guerra”, publicara el acta de fundación de la Asamblea Provincial de Segovia”.
¡Cuántos recuerdos me trae esta noticia desde que entrara a formar parte de sus socios hace ya…muchos años.
No sé si anteriormente hubo más presidentes, pero el primero que conocí fue al doctor Luis Sirera Elpuente, que tomó posesión el 8 de julio de 1950 y estuco 27 años en el cargo, hasta su dimisión en 1977. Recuerdo que a mí “me fichó” como vocal de la Asamblea en 1973, hasta que decidí dimitir dos años después. Estaban entonces las depedencias de la Asamblea en la calle de San Valentín, en el edificio que después se vendió a la actual Clínica Los Tilos. Datos que poseo dicen que el caserón costó nueve millones de pesetas, y desde él partieron una serie de actividades encaminadas a todas las ayudas posibles, en paz y en guerra, a la sociedad segoviana. Se puso en marcha la Escuela de Socorrismo, el puesto de socorro de alta montaña en Navacerrada, creación de las asambleas locales de El Espinar y Cuéllar, a las que posteriormente se agregaron las hoy existentes también de Cantalejo, Nava de la Asunción, Riaza y Villacastín; se disponía entonces de cuatro ambulancias, un todo terreno y un coche ligero y la brigada de camilleros se situaba en los bajos del edificio, donde también funcionaban un quirófano de urgencias y un laboratorio.
Creo memorizar que también algún comerciante local fue colaborador destacado de la Cruz Roja, luciendo el brazalete que entonces se estilaba, pero sobre todo a un personaje muy conocido y popular durante años, Arturo Merino. Era un practicante de los que acudía de inmediato a la llamada de cualquier persona, llevando su buen humor y alegría a las casas que visitaba y a cualquier hora del día o de la noche. Merino siempre portaba una pequeña cartera con todos los útiles que entonces se usaban para poner inyecciones: la jeringuilla, un pequeño recipiente donde echaba alcohol que se pretendía para desinfectar, algodón, etc.
Arturo Merino siempre iba en bicicleta; era su compañera inseparable, hasta que después de unos cuantos años, un desaprensivo le robó su querida máquina de transporte. Dado el escaso poder económico del generoso practicante, el Ayuntamiento abrió una suscripción para quienes quisieran colaborar aportaran su donativo, y así se compró una nueva bicicleta al servicial Merino. El agradecimiento de los segovianos llevó a la corporación municipal a dar su nombre a una calle del barrio de San Millán, en el que nació y vivió.
Mi relación con la Cruz Roja fue continua, y en junio de 1985, siendo presidente Ángel Nieto, me concedieron un Diploma de Honor. Años después, en mayo de 1989, con motivo de cumplirse precisamente los 125 años de la creación de la Asamblea de Segovia, se me encargó una conferencia que pronuncié, con el título de “Humanismo y Cruz Roja”, en el aula de la Universidad Popular (desde 1997, Real Academia de Historia y Arte de San Quirce). El acto fue presidido por el director general de Salud Pública, José Luis Useros. Era entonces presidente de la Asamblea José Luis Muñoz García, abogado, que en mayo del 2012 falleció, a los 72 años, como consecuencia de una colisión del coche que conducía con otro, en término de Santa María la Real de Nieva, donde residía. Iba acompañado de su hermana Carmen, muy conocida también, por ser la primera mujer alcaldesa en la provincia, en su Santa María de Nieva, que resultó herida de gravedad. José Luis presidía la Asamblea de Segovia desde 1989. En acto celebrado tiempo después, se entregó la Medalla de Oro de Cruz Roja que se le concedió a título póstumo, a su hermana Carmen.
Hoy, desde su nuevo edificio en los Altos de la Piedad, la benefactora Cruz Roja segoviana sigue prestando valiosísimos sericios de muchos tipos a la sociedad. Y es inevitable volver a recordar, lo que ya contaba hace unas semanas, aquella película de Concha Velasco “Las chicas de la cruz Roja”, que en la jornada denominada “Día de la banderita” contaba con la colaboración de numerosas jóvenes que hucha en mano solicitaban la aportación de los ciudadanos.
