Con motivo del Día Mundial del Cáncer, que se celebra el 4 de febrero, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha presentado el estudio ‘Informe sobre la atención psicológica a pacientes de cáncer y familiares en España’.
El informe expone las características del impacto psicológico del cáncer en las personas afectadas por la enfermedad —pacientes y familiares—, las diferencias entre apoyo emocional y atención psicológica especializada, el perfil de pacientes y familiares que solicitan este tipo de atención en la AECC, la eficacia de esta y la situación de la atención psicológica especializada en el Sistema Nacional de Salud dentro del ámbito hospitalario. El estudio revela que 14.971 enfermos y familiares de enfermos de Castilla y León necesitaron tratamiento psicológico, lo que representa un 30% de la población afectada por cáncer en la región, que alcanzó a un total de 49.904 personas en 2018.
En Segovia el porcentaje de atención especializada subió a un 42 por ciento el pasado cuando se atendió a 376 nuevos pacientes. La presidenta de la junta provincial de la AECC, Ana Sanjosé, asegura que “en Segovia somos afortunados porque tenemos un psicólogo de la Asociación en el Hospital General pero hay sitios donde la Administración no tiene servicio especializados en atención psicológica para quienes sufren un proceso oncológico”.
Ana Sanjosé recuerda que junto a David Manzano que trabaja en el Hospital, hay otras dos psicooncólogas que tienen consulta en la sede de la AECC en Segovia, situada en la plaza de Somorrostro, alcanzado una atención media al año de unos 400 nuevos pacientes y más de 2.000 casos acumulados ya que se da atención desde “el primer diagnóstico, durante la enfermedad y después”. Pero “es necesario garantizar esta atención a todas las personas susceptibles de necesitarla —dice Sanjosé— por eso pedimos que allí donde no llegue la Administración haga convenios con la asociación para que no haya lagunas”.
La AECC centra su mensaje del Día Mundial del Cáncer en pedir a la Administración una asistencia integral para los afectados que no olvide la parte psicológica. “Queremos —añade la presidenta provincial— que el sistema público garantice la evaluación de niveles de distrés a las personas afectadas por cáncer y el acceso a tratamiento psicológico especializado”. En este sentido, Sanjosé reclama que la medición del ‘distrés’ o malestar emocional se incluya como el sexto signo vital después de la temperatura, presión arterial, pulso, frecuencia respiratoria y dolor, en la historia clínica tanto del paciente como del familiar que acompaña habitualmente a la persona enferma.
Comunidades autónomas
La primera gran conclusión del informe del Observatorio del Cáncer es que, en España, el 94% de las comunidades autónomas o no ofrece tratamiento psicológico especializado a pacientes y familiares o es insuficiente. En cuanto a los hospitales públicos la proporción es que el 48% de ellos tampoco ofrece atención psicológica y el 52% restante, es insuficiente. Sin embargo, todos los planes autonómicos o estrategias dedicadas a cáncer hacen referencia a la necesidad de brindar apoyo psicológico a pacientes de cáncer y sus familiares. La AECC asegura que pese a este reconocimiento, cuatro Comunidades Autónomas (Islas Canarias, Cantabria, Islas Baleares y Murcia) no poseen planes en cáncer y, de aquellas que lo poseen, casi la mitad (el 46 %) no están vigentes, como es el caso de Castilla y León.
Los datos más relevantes de la actividad de la Asociación contra el cáncer, incluidos en este informe, demuestran que el 40% de las personas que han recibido asistencia psicológica especializada están en fase de tratamiento activo; el 27% en fase de enfermedad avanzada y un 12% son supervivientes.
En cuanto a las diferencias entre pacientes y familiares son los primeros, en un 62%, los que más han solicitado atención psicológica de la AECC mientras que el 38% restante son familiares. Las mujeres, con un 74% solicitan más ayuda que los hombres que solo la han requerido un 26%.
Sufrimiento de los familiares El nivel de malestar emocional percibido es superior en el colectivo de familiares que en el de pacientes. El nivel medio de sufrimiento expresado por pacientes es de 6,9 frente al 7,5 manifestado por los familiares. El estudio difundido ayer también detecta que después del tratamiento se observó una disminución significativa del nivel de distrés o malestar emocional, así como un efecto beneficioso sobre los niveles de sintomatología ansiosa y depresiva.
