Estaba pensando en escribir unas líneas para tratar de explicar que desde la oposición se está procurando presentar una visión más positiva de España, hablando más de futuro y menos de pasado e intentando digerir las calamidades del actual gobierno, aunque sin olvidarlas, por supuesto. En esas estaba cuando gracias a un buen amigo tuve la ocasión de charlar un rato con Rafael Pampillón, uno de los estudiantes con quien compartí tienda en el campamento de El Robledo cuando hicimos las Milicias Universitarias allá por los años setenta. Y en esa agradable conversación me enteré que este antiguo compañero, doctor en Ciencias Económicas y prestigioso catedrático con un curriculum impresionante y envidiable, ha coordinado junto con el también catedrático de Universidad, abogado, ensayista y escritor José María Beneyto, un espléndido libro titulado ‘La alternativa’. Para ello, han reunido a un conjunto de expertos de diversas procedencias (con nombres y apellidos, no como los inexistentes del Covid), que hacen un diagnóstico de los principales retos y problemas que permanecen sin resolver en España, con la intención de ser útiles a los españoles. Me dedicó un ejemplar que he leído con todo interés dado los desafíos que nos esperan.
Es un libro para disfrutar viendo cómo 17 especialistas desarrollan sus conocimientos para la reflexión y el debate en cada uno de los capítulos. Capítulos que tratan sobre el cambio de ciclo, la política exterior de defensa, la economía global y la economía española, nuevos paradigmas de la política monetaria, cómo asegurar el futuro de las pensiones, una educación estancada en la mediocridad, la cuadratura del círculo fiscal (rebajas fiscales y mejora del estado de bienestar), cómo responder a las necesidades de las empresas (inversión, tamaño, transformación digital y ecológica), sostenibilidad y transición energética, el cambio climático, el sector agroalimentario español (presente y visión de futuro), telecomunicaciones y transición digital, líneas estratégicas del desarrollo del turismo, mejora de la eficiencia del gasto público, independencia del Poder Judicial, fortalecer y mejorar los supervisores económicos.
Y todo ello precedido de un breve pero interesante prólogo de Alberto Núñez Feijóo que, entre otras consideraciones, manifiesta que “con una constelación de minorías es posible sacar adelante una votación, incluso un presupuesto, pero es imposible construir un proyecto de futuro que responda a las necesidades del conjunto del Estado”. Y en otro orden de cosas añade que “ la agenda económica y social será clave para el gobierno que resulte elegido tras las elecciones generales de 2023, pero deberá ir acompañado de un intenso trabajo de regeneración democrática y de reconstrucción de la imagen internacional ante los intentos de socavar la credibilidad de las instituciones que han aquejado al Estado en los últimos tiempos”.
En definitiva, y así lo entiende Nicolás Checa, uno de los colaboradores del libro, “ha llegado el momento de renovar nuestra democracia resiliente apelando a una mayoría natural de votantes que quieren soluciones eficaces, modernización sin radicalización, solidaridad sin resentimiento, equidad sin represalias y esperanza sin confrontación”.
Recomiendo su lectura porque es un libro complicado de resumir dada la cantidad de materias interesantes que contiene, así como el catálogo de propuestas regeneracionistas que propone ante el reto de las transformaciones que están modificando el orden mundial. Me parece imprescindible como cimentación para construir una alternativa a lo que hemos sufrido hasta el día de hoy y a lo que ahora nos pretende ofrecer Sáncheztein. Un libro pedagógico y para la reflexión.
Es bastante probable que en estas elecciones los votantes rechacen el programa ideológico, partidista e irresponsable de un gobierno que está provocando la división entre españoles, y que además ha pretendido resucitar el anacrónico y antidemocrático Pacto del Tinell. Por otra parte, el aumento de los impuestos en momentos delicados para las economías familiares, y el crecimiento desmedido de la deuda que es el verdadero cáncer del estado de bienestar, han causado un gran daño a la inversión, a la productividad, al crecimiento y a los niveles de vida de los españoles que probablemente lo tengan muy presente a la hora de votar.
Estoy convencido de que a muchos españoles les gustaría sustituir a un presidente, -cuyo patético sueño según su propia declaración es pasar a la historia por haber cambiado de sitio un cadáver de hace 50 años-, y cambiarlo por alguien que tenga un proyecto sobre la creación de empleo (y por tanto de apoyo a los sectores productivos y no a su persecución), que prefiera una educación donde predomine el trabajo y el esfuerzo, que asegure el futuro de las pensiones, que no amplíe sino que reduzca la deuda que nos aplastará si continuamos por este camino, que fortalezca el estado de bienestar, que impida el despilfarro que hemos soportado y se comprometa con una rigurosa y eficaz gestión de las cuentas públicas. En definitiva, que se centre en el crecimiento económico pero sin olvidar la defensa y el respeto de nuestras creencias, nuestros símbolos y nuestras costumbres.
Por mi parte, solo espero y deseo que esa alternativa que proponen pueda llevarse a cabo.
