El Gobierno municipal ha desestimado dos recursos de reposición, uno de ellos de la Asociación San Miguel y San Frutos, en relación con el acuerdo del pasado mes de octubre por el que el Ayuntamiento aceptaba la cesión de los derechos para la fundición de una escultura del diablo que se colocará en el pretil de la calle de San Juan evocando la Leyenda del Acueducto.
La alcaldesa, Clara Luquero, que ha informado de que la Junta de Gobierno Local considera ajustado a derecho el acuerdo tomado por este mismo órgano municipal el 24 de octubre, habla de que la oposición a este proyecto de la Concejalía de Patrimonio Histórico y Turismo se fundamenta “en el absurdo y la insensatez”.
Al margen de los argumentos jurídicos, Luquero ha comentado que la desestimación de los recursos tiene en cuenta “que para nada se trata de una exaltación del mal; al contrario, es una expresión de la cultura popular segoviana relacionada con la Leyenda del Acueducto”.
Responsables de la Asociación San Miguel y San Frutos han hecho llegar a los grupos políticos municipales un documento en el que sostienen que la escultura de José Antonio Abella, cuyo nombre es ‘Segodevs Aqvaedvcti Artifex’, “resulta contraria a los valores cristianos y al derecho de libertad religiosa, en cuanto que no respeta las creencias cristianas e incluso impone como oficial desde el Ayuntamiento a un nuevo ‘dios de Segovia’ (Segodevs), en la medida que el nombre otorgado a la estatua tiene ese sentido sugerido o evocado”.
Otro de los motivos recogidos en el escrito es que no respeta el patrimonio cultural inmaterial “ya que traiciona el sentido de la leyenda del Acueducto de Segovia” porque que en la leyenda “el diablo aparece vencido y no triunfante, ni gracioso o bonachón ni con un teléfono móvil en la mano, como dicen que se le va a representar en la estatua”.
Matiz mitológico
Precisamente, César Franco, obispo de la diócesis, preguntado sobre la polémica, ha explicado que “de todos es sabido que la Iglesia con el diablo no se lleva bien. Creo que es un tema en el que ha habido poco diálogo y acogida de las sensibilidades de la tradición cristiana”.
Añade que tampoco se entiende desde la Iglesia Católica de la provincia que esta escultura sea un elemento que ayude a entender la tradición y la leyenda del Acueducto e indicó que el nombre de la obra escultórica —Segodevs— “le da un matiz mitológico y deificado”.
“No conozco la escultura y desconozco el proceso, pero en otras leyendas y tradiciones siempre se da al diablo como vencido, y así se puede ver en los autos sacramentales y otras piezas de distintas épocas, mientras que aquí parece que se le da otro sentido. Hubiera sido conveniente elegir otro elemento de la leyenda, pero la responsabilidad es de la institución que lo promueve”, concluye Franco.
Sin conocer estas declaraciones, la alcaldesa ha insistido en que la intención de la Concejalía de Patrimonio Histórico y Turismo con esta iniciativa nace desde el primer momento “con la mejor voluntad y desde la buena fe; si lo queremos relacionar con el espíritu cristiano, ahí sí hay buena ve. En la intención de otros no veo esa buena fe, es como si hubiera una mirada turbia”.
Recuerda Luquero que la iconografía cristiana recoge muchas representaciones del diablo y recalca “que no costará un duro a las arcas municipales”.
