La Gimnástica Segoviana ha disputado siete ediciones de la Copa del Rey: Sporting de Gijón, Sevilla FC, Athletic Club de Bilbao o Elche han pasado por Segovia como si de los americanos de Bienvenido Mr. Marshall se tratara: vienen, juegan, casi siempre ganan y se van. La que se queda es La Albuera con un césped de 1982, una tribuna preferente más antigua y una instalación eléctrica – focos en el terreno de juego y en general por todo el recinto – precaria. De la zona de prensa les puedo contar que no reúne las condiciones idóneas para trabajar, aunque hayamos estado en peores sitios.
De la zona de prensa les puedo contar que no reúne las condiciones idóneas para trabajar
Entiendo los argumentos que desde la municipalidad como propietaria del campo se esgrime para no acometer obras que pasarían por derribar la tribuna de preferencia y hacerla nueva, con vestuarios y zona de prensa incluida. Hablamos de mucho dinero y de que se juegan pocos partidos de enjundia como para invertir ese dineral. Y el mantenimiento del césped es muy caro, no se olvide.
No cometeré el error de hacer agravios comparativos con respecto a partidas presupuestarias destinadas a otros menesteres, pero la realidad es que más de 16.000 espectadores pasan por La Albuera en una temporada de play-off, que son casi todas en la última década. No hay un evento deportivo en la ciudad que aglutine semejante movimiento.
No hay un evento deportivo en la ciudad que aglutine semejante movimiento
El convenio con el Ayuntamiento le ha garantizado a la Gimnástica su supervivencia en los peores momentos. Es de bien nacidos el ser agradecidos que diría mi abuelo, pero una institución con noventa y dos años de historia – y ni una sola calle o plaza que la recuerde, por cierto – merece un recinto más acorde con la modernidad. Sus aficionados que pagan impuestos deben exigirlo, pero no el jueves que viene el Girona FC y nada se puede solucionar ya. A partir del viernes.
