Hay un antes y un después de un cáncer. Incluso cuando se vence a la enfermedad, la vuelta a las actividades sociales y al mundo laboral requiere un proceso de adaptación y de atención especial. Sobre este proceso centra su mirada la junta provincial de la Asociación Española contra el Cáncer, que consciente de las limitaciones que sufre los enfermos curables y los crónicos, bien si son empleados y más si son autónomos, vuelve a actuar como avanzadilla para abrir los ojos a la Administración regional y nacional y reclamar soluciones para quienes reanudan la actividad laboral tras plantar batalla a un enfermedad oncológica.
“Hasta ahora parecía que o te morías de cáncer o volvías al trabajo como si no hubiera pasado nada y sí ha pasado. Hay un estado intermedio sobre el que ponemos el foco de atención” ha señalado Ana Sanjosé, presidenta provincial de la AECC, en el marco de la reunión anual de delegadas de Segovia. En el encuentro al que estaban invitadas las 74 delegadas y las 62 voluntarias con las que cuenta la Asociación que integra 2.211 socios en la provincia, se ha hecho balance de la actividad de 2017 y expuesto las líneas principales de actuación de 2018. La campaña en curso está destinada a mostrar las secuelas que dejan los tratamientos oncológicos, pedir su evaluación y urgir la consecuente adaptación del puesto de trabajo.”Queremos que la gente lo pida en sus trabajos y nosotros lo reivindicaremos ante el INSS y Trabajo, tanto en el ámbito autonómico como nacional”, ha indicado Sanjosé recordando que el lema de la reunión anual es “Contigo somos más fuertes”.
La portavoz explica que “cada vez tenemos más paciente curables con secuelas o crónicos que no están para quedarse en su casa sino para que se les adapten las condiciones laborales”. Como ejemplo, Sanjosé comenta que hay mujeres a las que tras quitarles un pecho y ganglios, “quedan con un linfedema, no puede utilizar bien ese brazo y, sin embargo, cuando vuelve al trabajo quieren que sigan cogiendo peso como antes y no figura en ningún sitio que se pueda reducir su jornada o cambiar el puesto de trabajo dentro de la empresa. Es lo que hay que cambiar”. La directiva provincial de la AECC asegura que las limitaciones que encuentran los trabajadores se agravan en el caso de los autónomos. “Si todos se quedan desangelados tras la enfermedad, los autónomos, además, también lo están durante la enfermedad; viven una situación penosa”, lamenta Sanjosé.
La reunión anual de la AECC acabó con una tertulia entre las delegadas.
