La sala municipal La Alhóndiga ha sido escenario de una rueda de prensa en la que Konchalovsky ha hablado en ruso, francés y hasta italiano para hacerse entender ante las dificultades de la intérprete. Ha sido recibido por el alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, y por el director de MUCES, Eliseo de Pablos, quienes han destacado la trayectoria creativa del artista ruso.
Konchalovsky ha abierto su intervención, antes de las preguntas, afirmando que era mejor que no hablase, que para un director de cine lo mejor es que se vean sus películas.
Sin embargo, ha aprovechado la ocasión para indicar que gracias a internet y a la tecnología -«cualquiera puede hacer una película con un iphone», ha dicho- se ha producido una banalización de la realidad, «de la veritá«,
Sobre su última película acabada, El Cascanueces, que la prensa especializada ha podido ver esta mañana en tres dimensiones en una sesión no abierta al público, ha afirmado que es una pelicula «para jóvenes que leen» y se ha mostrado contrario a que los espectadores coman en las proyecciones.
Para Konchalovsky las salas comerciales «hacen más dinero vendiendo palomitas que con el cine» pero ha insistido en que «cuando la gente come y tiene comida en la boca no puede entender el arte» y, de hecho, cuando se dejan conmover por la historia de una película en la que sí hay arte «dejan de comer», ha apostillado.
Por ese motivo se ha alegrado cuando De Pablos le ha asegurado que en MUCES está prohibido comer durante la proyección de las películas en las diferentes secciones.
Volviendo a El Cascanueces, que se proyectará el martes 22 para el público en dos dimensiones, ha llegado ha decir que «es la más cara del cine independiente del mundo» y que «no ha tenido éxito en EEUU porque no ha sido entendida en el contexto de la familia americana media.
Por otro lado, ha recalcado que Chaikovsky hizo el ballet, música para El Cascanueces, pero a él le ha interesado más la historia que escribió Hoffman y que ha hecho la película por ese relato del escritor alemán del siglo XVIII.