Los enfrentamientos entre las fuerzas del Gobierno ucraniano y los separatistas prorrusos del este llegaron en el día de ayer por primera vez cerca del centro de la ciudad de Donetsk, según un testigo que confirmó la caída de proyectiles de artillería.
La gente abandonaba sus oficinas del principal edificio administrativo de Donetsk, tras unas fuertes explosiones que provocaron la activación de las alertas de evacuación.
Poco después, se registraron al menos otras dos explosiones cerca del centro de la ciudad, después de que la población local pudiese escuchar los silbidos de varios proyectiles acercándose.
Los separatistas denunciaron previamente una ofensiva en los alrededores de Donetsk, bastión de los rebeldes desde hace meses. El portal de noticias ‘Novorossiy’ informó de acciones militares contra la zona de Leninsky y de ataques al este y al suroeste de la ciudad en los últimos días.
Los primeros datos arrojados apuntaron a la muerte de un civil tras las explosiones. Según datos de la organización, más de 2.000 personas han perdido la vida desde que, en abril, los separatistas comenzaron a tomar el control de edificios públicos.
Dimisión
Valeri Bolotov, el líder de los separatistas prorrusos que controlan la provincia de Lugansk, en el este de Ucrania, presentó su dimisión, según informó la cadena de televisión estatal rusa Rossiya 24.
La renuncia de Bolotov es la segunda dimisión de un alto cargo de las autoproclamadas autoridades de las regiones del este de Ucrania controladas por milicianos prorrusos, después de que el pasado 7 de agosto anunciara su salida el primer ministro de Donetsk, Aleksandar Borodai.
Por otro lado, el Parlamento de Ucrania aprobó una ley que permite que empresas de la Unión Europea y Estados Unidos alquilen, a través de alianzas comerciales, las instalaciones para el tránsito y almacenamiento de gas. El texto salió adelante con el apoyo de 228 diputados, sólo dos por encima del umbral exigido.
El Gobierno ucraniano aspira con esta nueva normativa a fomentar la inversión y a restar peso al gasoducto South Stream, que la rusa Gazprom construye en el mar Negro para evitar el bombeo a través de Ucrania. Esta conducto dejaría a Ucrania sin parte de las tasas que ingresa actualmente como zona de paso hacia la Unión Europea.
Menor dependencia
Para las empresas extranjeras que quieran participar en la gestión de instalaciones de gas en Ucrania, Kiev ofrece el 49% del control en el marco de una ‘joint venture’ que deja al Gobierno con el 51%.
Así las cosas, Ucrania tiene ante sí un escenario en el que, por una parte, intenta hacerse menos dependiente del gas ruso y, por otra, convertirse en un país fiable en cuanto al tránsito de las necesidades energéticas europeas. La Unión Europea importa actualmente el 30% de su gas natural desde Rusia y aproximadamente la mitad llega vía suelo ucraniano.
