Los separatistas prorrusos derribaron la noche del sábado un avión de combate ucraniano MiG-29 sobre la región de Lugansk, en el este de Ucrania, según el portavoz militar ucraniano Leonid Matiujin.
El piloto consiguió salir eyectado a tiempo del avión. Además se encuentra ya, sano y salvo en territorio seguro, explicó Matiujin en declaraciones al canal ucraniano de televisión Channel 5. Matiujin indicó que el aparato fue derribado tras realizar un ataque sobre un grupo de “extremistas armados” en la zona de Lugansk bajo control de las milicias separatistas.
Los milicianos separatistas derribaron al menos dos aviones de transporte militar ucraniano y reivindicaron el derribo de varios cazas más en casos rara vez confirmados por Kiev. En medio de este conflicto también fue derribado un avión civil Boeing 777 de Malaysia Airlines que cubría una ruta entre Ámsterdam y Kuala Lumpur con 282 personas a bordo.
Ayuda humanitaria
Por otro lado, utoridades fronterizas y aduaneras de Rusia y Ucrania alcanzaron un acuerdo para inspeccionar un primer cargamento del convoy de ayuda humanitaria rusa que espera para ser enviado al este de Ucrania, según Cruz Roja.
“Responsables de fronteras y de aduanas de Rusia y Ucrania han acordado inspeccionar un primer grupo de camiones del convoy ruso. Nosotros observaremos”, informó el Comité Internacional de la Cruz Roja a través de su cuenta en Twitter.
El convoy ruso, formado por 262 camiones, espera desde el 12 de agosto la autorización para entrar en Ucrania. Los camiones transportan unas 2.000 toneladas de alimentos, medicinas y bienes de primera necesidad, según Moscú.
Sin embargo, Kiev sospechaba de la posible introducción de material bélico ruso destinado a las milicias prorrusas, por lo que desde entonces se negocia el posible patrocinio de Cruz Roja y la inspección del cargamento. Personal de Cruz Roja ya realizó inspecciones aleatorias de cargamento.
Impulso político
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, pidió un nuevo impulso político urgente para resolver el conflicto armado en el este de Ucrania porque, de lo contrario, se corre el riesgo de que haya una nueva escalada.
“Necesitamos urgentemente un nuevo impulso político. De lo contrario, corremos el riesgo de estancamiento, regresión o de entrar en una espiral de escalada aún peor”, afirmó.
