El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, se reunió en La Habana con un grupo de opositores al Gobierno de Raúl Castro, que no fueron invitados a la ceremonia de izado de la bandera estadounidense en la Embajada del país norteamericano en la isla por limitaciones de aforo, según explicó el propio Kerry. José Daniel Ferrer, uno de los opositores que acudieron a esta cita, que tuvo lugar en la residencia de Jeffrey DeLaurentis, encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos, aseguró que fue un encuentro “emotivo”, en el que el funcionario estadounidense “se mostró atento e interesado en oír las opiniones” de los disidentes. “Nos preguntaron si nos sentimos molestos porque no nos invitaran al evento por la mañana pero les dijimos que no, que comprendemos que este difícil proceso tiene que pasar por momentos como estos”, explicó Ferrer, en unas declaraciones publicadas por Martí Noticias.
En este encuentro, celebrado a puerta cerrada, Kerry insistió en el apoyo a los ciudadanos demócratas de Cuba y prometió que la cuestión de los Derechos Humanos en la isla tendría protagonismo en la agenda estadounidense, según explicó la opositora Yoani Sánchez, directora del portal digital ‘14 y Medio’. No todos los grupos opositores acudieron a la cita. Antonio Rodiles, director del proyecto Estado de Sats, y la representante de las Damas de Blanco Berta Soler declinaron la invitación. Tampoco acudió Elizardo Sánchez-Santa Cruz, de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), que se encontraba en un evento en Puerto Rico.
Quienes si asistieron al encuentro con Kerry fueron Reinaldo Escobar, jefe de redacción de ‘14 y Medio’; la periodista Miriam Leyva; la activista Elsa Morejón; los exprisioneros de conciencia Marta Beatriz Roque, Oscar Elías Biscet, Héctor Maseda y José Daniel Ferrer; Dagoberto Valdés, director de la revista ‘Convivencia’; y Manuel Cuesta Morúa, del opositor partido Arco Progresista.
Por su parte, la principal negociadora cubana en las conversaciones con Washington, Josefina Vidal, dijo que Cuba no se moverá “ni un milímetro” para calmar a sus enemigos políticos en Estados Unidos, ya que “las decisiones de carácter interno no son negociables”. “Las decisiones de carácter interno no son negociables y nunca van a estar en una agenda de conversación con Estados Unidos”, afirmó la jefa de la delegación de Cuba que negoció el restablecimiento formal de las relaciones diplomáticas.
Vidal participó en la reapertura de la Embajada cubana en Washington el pasado 20 de julio y también estuvo presente en el acto en La Habana, en el que volvió a izarse la bandera estadounidense en la sede diplomática del país norteamericano.
