El fundador de Wikileaks, Julian Assange, salió ayer en libertad condicional bajo fianza, después de que el Tribunal Superior de Londres desestimara un recurso de la Fiscalía sueca para mantenerle en prisión mientras dura su proceso de extradición y que alargó su estancia en prisión dos días.
Una vez en la calle, el australiano, de 39 años, y que fue encarcelado la pasada semana, compareció a las puertas del juzgado y allí aseguró que espera continuar con su trabajo y que defenderá su inocencia. Además, se declaró encantado de «volver a respirar el aire de Londres».
El hacker, cuya extradición reclama Suecia por dos presuntos delitos de agresión sexual, agradeció el apoyo «a todas las personas en el mundo» que han «respaldado a su equipo», a sus representantes legales y a las personalidades que han avalado su fianza «en momentos difíciles».
También se mostró agradecido con «el sistema judicial británico», que, aunque a veces puede cometer fallos, «al menos -afirmó- no está muerto».
Vestido con traje oscuro y camisa blanca, Assange contó que, durante el tiempo pasado en una celda de aislamiento en la prisión londinense de Wandsworth, había tenido tiempo de reflexionar sobre otras personas en el mundo que están en esa situación, y pidió al público que centrara su atención y sus esfuerzos en ayudarles.
«Espero continuar con mi trabajo y seguir defendiendo mi inocencia», afirmó el informático australiano, quien dijo no haber visto aún las pruebas que las autoridades suecas tienen en su contra.
una semana encerrado. Julian Assange fue detenido el pasado 7 de diciembre en Londres a petición de Suecia, que quiere interrogarle en relación con varios delitos sexuales supuestamente cometidos contra dos mujeres de ese país el pasado agosto, cargos que él niega y a los que atribuye motivación política por las presiones de Estados Unidos.
El pasado martes, la Corte de Magistrados de Westminster, que se ocupa de su proceso de extradición, le concedió la libertad bajo fianza de 240.000 libras (282.720 euros), dictamen que la Fiscalía sueca recurrió ayer ante el Tribunal Superior de Londres, que a su vez desestimó su petición de mantenerlo encarcelado.
Así, tras depositar en metálico 200.000 libras (el resto lo podrá abonar mediante garantías o avales), el hacker australiano salió a la calle una semana después.
El abogado de Assange, Mark Stephens, expresó su satisfacción por la decisión del tribunal y manifestó que todos los que apoyan al fundador de la controvertida página web están «encantados» con el dictamen.
Assange se trasladará al domicilio que le ha cedido un amigo suyo en el condado de Suffolk (al este de Inglaterra) para cumplir con las condiciones de su libertad provisional, como respetar un toque de queda, acudir diariamente a la Policía y llevar un brazalete electrónico con localizador.
