Me gustó en su día el ping-pong y hoy me sigue gustando el tenis de mesa. De pequeño, en el Hogar Juvenil del Barrio de San José, aprendí a coger la raqueta. Estudiando en Madrid los fines de semana pasábamos las tardes jugando al pimpón, con un compañero y maestro de este deporte, Jose Luis Hernández, hoy presidente del Club Chamartin de Babintong. Practicábamos en el gimnasio, donde teníamos una mesa, durante horas y horas con series de toques de todas las facturas.
He visto algún partido de las diferentes competiciones del ATM Segovia y de los conjuntos A y B de Seghos. Donde sí suelo subir es a ver al Seghos-San Cristobal, aunque no todo lo que quisiera. Este pasado fin semana jugaba contra C.D Tenis de Mesa ‘Rivas’ de Madrid. Los partidos se celebran en el gimnasio del Colegio de San Cristóbal, que es lo que hay y gracias. En esta época hace en la instalación un frío para valientes, ya que la calefacción no se puede poner por razones de presupuesto. El resultado del partido fue de 2-4 a favor del Rivas, aunque también pudo caer la victoria del lado local, dada la igualdad existente.
Cuento esto en primer lugar porque el tenis de mesa, bien jugado, es un deporte apasionante y segundo lugar porque el equipo madrileño tenía en sus filas a Alvaro Varela, que atesora 4 medallas olímpicas, 2 oros, 1 plata y 1 bronce, campeón del Mundo individual y por equipos, y en la actualidad número 1 del ranking mundial en su categoría. Participará en las Paraolimpiadas de Tokio de 2020.
Álvaro es discapacitado y sus movimientos son limitados, pero su brazo llega a todas partes. Basa su juego en el bloqueo, con el que pretende contrarrestar el mate del contrario. Nos dio una lección de fuerza mental, superación y tesón inigualable. Perdió su primer partido contra Dani, jugador que cada día va a mas, y ganó a Fernando, por la fe puesta en el quinto juego.
Qué pena no se tenga un lugar para que estos eventos puedan ser vistos por los muchos practicantes y seguidores con que cuenta Segovia, sobre todo por esos niños que comienzan y pueda serviles de acicate. El nivel de los equipos es alto y se ven buenos partidos para ser grabados y comentados. Otra ocasión perdida por jugadores y aficionados de ver buen Tenis de Mesa.
Se me olvidaba, éramos tres los espectadores.
