Su estrategia parte de la plena convicción de ser la “única alternativa”, siempre acompañada de la cualidad “patriótica” y defensora a ultranza de su concepto de “familia” y “vida”. Entre sus propósitos también se encuentra el cambio. No obstante, Santiago Abascal, líder nacional de la formación, aseguró que, en caso de necesidad, solo pactará con el PP. “Siembra Vox” fue el lema de la campaña, con claras connotaciones de “prosperidad” en Castilla y León. Una ambición que, entre muchos de los tradicionales valores recogidos en su programa electoral, el candidato castellano y leonés tiene como principal referente.
Su comunicación se basa en el atrezo y es característica la emulación de simpatía con reiteradas sonrisas, una seguridad refrendada en la cómoda mirada que siempre dirige a sus oponentes, las declaraciones rotundas, respuestas rápidas y en el control de su expresión no verbal, con un gesticulación comedida. Su elegancia también puede ser un aspecto reseñable y un mensaje transmisible. A pesar de ello, en pocos actos ha sido el protagonista, ya que mayoritariamente ha estado acompañado por rostros visibles y nacionales del partido al que representa. En suma a ello, también destaca en el afán de eludir declaraciones y entrevistas a los medios de comunicación.
Sin ninguna duda, la formación verde tiene la llave para constituir el nuevo Gobierno. Para ello, han improvisado un candidato joven con una gran formación, aunque sin experiencia en la gestión pública. Y mucho menos en la política. Juan García-Gallardo (Burgos, 1991) se afilió a Vox hace menos de dos años, es graduado en Derecho y, hasta este momento, trabajó como abogado en el bufete familiar.
