La Asociación Segoviana de la Prensa Deportiva va a celebrar su 36ª Gala del Deporte en la primera semana de febrero. Entre sus actividades va a reconocer y recordar el ascenso del C. P. Imperio a la segunda categoría nacional del baloncesto español.
De este acontecimiento quiero resaltar la figura del entrenador que estuvo al frente de aquel grupo de jugadores segovianos, Vicente Ramos. Tenía en aquel momento 32 años. Procedía del Real Madrid, después de haber ganado 2 copas de Europa, 9 ligas españolas, 7 Copas de España, 3 Intercontinentales, 109 veces internacional con la selección, medalla de plata en la Eurobasket de 1973, habiendo disputado 2 Juegos Olímpicos, siendo nombrado mejor base de Europa en 1970 y de haber sido distinguido con la Medalla de Plata al Mérito Deportivo por el CSD en 1978. Pues bien, después de todo este currículum, aceptó la oferta de venir a entrenar a un club histórico pero que disputaba sus encuentros en la tercera división.
Su llegada supuso un gran revuelo entre los aficionados. Todo su bagaje como baloncestista impresionaba y las expectativas, sin quererlo, subieron como la espuma. Con una plantilla totalmente local se marcó el objetivo de subir de categoría. Supongo que cuando vio a aquel elenco de jugadores tuvo que decir para sus adentros que quién le mandaría a él meterse en ese “fregado”, con lo que él había sido.
Sin embargo, la realidad fue otra. Desde el primer momento dejó su impronta de humildad. Todas sus palabras y acciones permitían un ambiente de equipo como no se había vivido nunca. Sus decisiones siempre se tomaban con respeto, afecto y cordialidad. Los resultados deportivos fueron llegando poco a poco. Los entrenamientos subían de intensidad, el juego fluía con mayor precisión y las victorias también se iban sucediendo.
El resultado al final de aquella temporada fue el esperado, se consiguió el ascenso. Sin duda, Vicente Ramos tuvo mucha culpa. Los aficionados, los jugadores y la prensa siempre le recordarán como un excelente técnico y, sobre todo, una gran persona.
