El próximo 3 de enero dará comienzo en Arabia Saudí una nueva edición del Rally Dakar, que en 2026 se extenderá hasta el 17 de enero, con varias etapas especiales a lo largo de esas dos semanas de competición.
Y lo volverá a hacer con un segoviano en la lista de participantes, ya que José Luis Álvarez ‘Jota’ vuelve al Dakar con un proyecto tan reconocible como heterodoxo. El piloto de San Rafael participará con el objetivo de pelear por la victoria en la categoría Mission 1000 de vehículos Cero Emisiones. Lo hará como jefe de un equipo que se define como “peculiar y diferente”, fiel al espíritu que ha marcado una trayectoria deportiva construida a base de retos poco convencionales, mecánica propia y una concepción del rally que huye de lo cómodo.
El segoviano regresa al Dakar tras su última presencia en 2019, cuando compitió junto a su hijo en un buggy ligero T4 sin asistencia externa.
El proyecto gira en torno a una moto eléctrica Stark Future, un modelo que el propio equipo presenta como “la moto más actual e innovadora de este tipo en el mundo”. Fabricada en Barcelona, de medidas similares a las motos convencionales, pesa 120 kilos y dispone de una electrónica avanzada que permite regular la potencia hasta un máximo de 80 CV caballos, y la entrega desde un cuadro de mandos que es, en realidad, un dispositivo móvil con sistema Android montado en el manillar. Prescinde de cambio y concentra el sistema de frenado en el propio manillar: delantero en la maneta derecha y trasero en la izquierda.
Un paréntesis de seis años
La participación se apoya también en un todoterreno Toyota de asistencia en el que viajarán dos mecánicos encargados de atender tanto a Jota como a la moto eléctrica durante el rally. En el caso de un vehículo de estas características, el equivalente al repostaje pasa por el recambio de baterías en los puntos fijados por la organización, operaciones que deberán realizarse en plena etapa especial, dentro del marco reglamentario establecido para la categoría de cero emisiones.
De esta manera retorna el segoviano al Dakar tras un paréntesis que se remonta a 2019. Aquella última participación tuvo un fuerte eco al compartir aventura con su hijo Joel en un buggy ligero T4. Padre e hijo se alternaban al volante y, fieles al estilo que ha acompañado a Jota en su carrera, afrontaron la prueba sin asistencia externa, ocupándose ellos mismos de la mecánica y de la supervivencia diaria del vehículo. A pocos días del final sufrieron un accidente de consideración, sin daños personales, que rompió el chasis. Repararon, pero no pudieron continuar al no autorizarles la organización la reanudación por problemas de seguridad en el arco.
El historial del piloto segoviano en el Dakar es extenso. Suma diez participaciones en su haber, disputadas en moto, quad, buggy y coche, y ahora afrontará una nueva experiencia con moto eléctrica. Según el resumen deportivo aportado, en todos esos rallies compitió sin asistencia, asumiendo en solitario las reparaciones y la logística más básica, muchas veces durmiendo en saco o tienda de campaña. De esas diez presencias, nueve fueron en África y una en Perú, en Sudamérica.
El primer español en acabar en quad
Entre los hitos que marcan su trayectoria destaca el hecho de haber sido el primer español en finalizar el Dakar en quad, logro obtenido en 2003, en Egipto, acompañado por un subcampeonato del Mundo en esa modalidad. A lo largo de su vida deportiva acumula más de un centenar de trofeos en disciplinas como motocross, rally raid, motonáutica, quads y buggys, con títulos en Campeonatos de España y de Europa de rally raid en moto, de motos acuáticas tanto en rally como en circuito, y campeonatos de resistencia de quads, siempre desde la misma filosofía de proyectos personales y poco convencionales.
La estructura que arropará al segoviano será un Toyota todoterreno y dos mecánicos como núcleo operativo para toda la competición
Su relación con el Dakar arranca, además, con un episodio tan singular como coherente con su carácter. Su primera participación se produjo sin inscribirse, en el mismo año en que falleció el creador del rally, Thierry Sabine, en un accidente de helicóptero el 14 de enero. Ese inicio al margen de los caminos más habituales marcó una forma de entender la aventura que se ha mantenido con el paso de los años y que vuelve a plasmarse ahora en la apuesta por la movilidad eléctrica.
Un proyecto nacional
La moto Stark Future elegida para esta nueva tentativa añade otro elemento diferenciador al conjunto. El equipo subraya el carácter nacional del proyecto, al tratarse de un modelo fabricado en España, y remarca su innovación tanto en el campo de la electrónica como en la gestión de la potencia. La posibilidad de modular desde el manillar la respuesta del motor, la ausencia de caja de cambios y el sistema de frenado íntegramente bajo las manos obligan al piloto a una adaptación específica, distinta de la conducción tradicional de una moto de combustión.
La Mission 1000, categoría en la que competirán, pone el foco en los vehículos de cero emisiones, un terreno que todavía está definiendo sus límites deportivos y técnicos y en el que la estrategia energética —los cambios de batería en los puntos señalados por la organización— forma parte central de la carrera. La ambición declarada del equipo es luchar por la victoria en ese apartado, apoyados en la experiencia acumulada por Jota en situaciones extremas y en la capacidad del pequeño grupo de asistencia que lo acompañará.
