Nueve años después de su muerte, la figura del fotógrafo segoviano José María Heredero permanece viva en la memoria de sus familiares y amigos, y en el recuerdo de una ciudad que le debe algunas de sus más hermosas imágenes fruto de su talento fotográfico y artístico. Aunque el recuerdo permanece, conviene mantenerlo vivo, y así lo han entendido un grupo de amigos del maestro que, coincidiendo con la conmemoración de su fallecimiento, se dan cita en la calle que lleva su nombre en el barrio de San Marcos; al que amó y en el que vivió.
A las 12 del mediodía, sus amigos se congregaron bajo la placa de cerámica que da nombre a la calle José María Heredero en un breve y sencillo acto en el que colocaron una corona de laurel con una escarapela con los colores de la enseña nacional en la que se podía leer el nombre del fotógrafo. Acompañados de la concejala de Personal Marisa Delgado, los amigos de Heredero aplaudieron la colocación de la corona y la representante municipal dejó a un lado su condición corporativa para recordar la figura de «un buen amigo» que ayudó a su hermano Pedro Delgado en sus comienzos como ciclista.
Tras la colocación de la corona, tuvo lugar una misa dedicada a José María Heredero; en la que en esta ocasión fue Juan José Rodríguez Conde quien intervino para recordar en la ceremonia religiosa al maestro y al amigo.
