A lo largo de sus 72 años de vida, truncada por un fatal accidente de tráfico el pasado mes de mayo, José Luis Muñoz supo granjearse el afecto, el respeto y la consideración de todas aquellas personas que compartieron su vida con él tanto en el ámbito profesional como personal. La Sala Caja Segovia abarrotada de público testimonió ayer este sentimiento en el homenaje que Cruz Roja organizó en memoria del que fuera su presidente provincial, en un acto en el que quedó patente la calidad humana de una persona que supo vivir por y para los demás.
Con el periodista Alfredo Matesanz como presentador, una enorme fotografía de Muñoz proyectada sobre la pantalla de la sala presidió el acto en el que estuvieron representados la práctica totalidad de instituciones públicas y privadas con las que Muñoz colaboró a lo largo de su carrera profesional, así como los máximos responsables de Cruz Roja a nivel nacional y autonómico. José Manuel Suárez del Toro y José Varela Rodríguez.
Con la música del grupo Kayser como nexo de unión del acto, por el estrado instalado en el escenario fueron pasando distintas personalidades relacionadas con su ámbito profesional y personal, cuyas intervenciones fueron preludiadas por un video con imágenes de distintos momentos de la vida pública y privada de Muñoz.
El exalcalde de Santa María de Nieva, Eusebio García González, abrió el turno de intervenciones para glosar la figura del presidente de Cruz Roja Segovia, al que calificó como «un hombre de mundo que nunca fue un ciudadano de a pie», y resaltó su sencillez y austeridad en el trato, así como el extraordinario afecto que profesaba a su pueblo natal, en el que permaneció empadronado siempre pese a los distintos avatares profesionales por los que discurrió su carrera.
El decano del Colegio de Abogados de Segovia, Julio Sanz Orejudo, fue el responsable de trazar un perfil profesional de Muñoz como letrado, colegiado en Segovia desde 1977, y aseguró que siempre fue «un embajador de los abogados segovianos en su territorio». Además, destacó su dimensión pública de «hombre tranquilo y paciente, capaz de detener el tiempo frente a los plazos y las obligaciones», así como su dedicación al medio rural «sin otra ambición que la del servicio a sus semejantes».
Juan Manuel Lafora y José Luis Montero dedicaron sus intervenciones a narrar el trabajo de José Luis Muñoz al frente de Cruz Roja, y ambos coincidieron en subrayar la calidez en el trato que dispensaba a voluntarios y trabajadores, así como su constante preocupación por todos los proyectos asistenciales y sociales que desarrolla esta organización en la provincia. El presidente autonómico de Cruz Roja en Castilla y León fue más allá y definió a Muñoz como «el arquitecto del cambio» de esta institución en la provincia, pilotando la transformación de esta institución de su antigua estructura militar en un referente en la asistencia social.
El momento más emotivo lo protagonizaron Carmen Muñoz, hermana del fallecido, y su sobrino Andrés, que recogieron el diploma y la Medalla de Oro de Cruz Roja, la máxima distinción que otorga esta entidad de manos del presidente Suárez del Toro; que en su intervención destacó la «lealtad, el afecto y el carácter entusiasta y optimista de un hombre cuya labor hizo que «cambiara la realidad de sufrimiento de muchas personas».
Andrés Muñoz, sobrino del fallecido, trazó un emocionante recuerdo de su «tío Pepe», evocando sus recuerdos de infancia y los «paraísos perdidos» de sus veranos en Santa María de Nieva., y su hermana Carmen se sobrepuso a la emoción para asegurar que la medalla otorgada «esta acuñada con el oro del cariño de todos vosotros, que durante tanto tiempo le hicisteis feliz».
