El ciclista español José Enrique Rojas rozó ayer la victoria en el Tour de Francia. Finalmente el estadounidense Tyler Farrar (Garmin) ganó la tercera etapa de la ronda gala disputada entre Olonne-sur-mer y Redon, en un esprint en el que se impuso al francés Romain Feillu (Vacansoleil) y al propio corredor del Movistar), que fue tercero. Mientras en la general, el noruego Thor Hushovd (Garmin) sigue como líder.
La llegada masiva estuvo dominada por el conjunto Garmin y lanzada en el último kilómetro por el ‘maillot’ amarillo, en un trabajo de equipo que fue finiquitado por el americano Farrar.
En una jornada prácticamente llana de 198 kilómetros, con una única ascensión de cuarta categoría localizada en el puente de Saint-Nazarie, una escapada acogió el protagonismo durante la mayor parte del recorrido hasta los diez últimos kilómetros, donde los especialistas en el esprint marcaron la diferencia.
La fuga de la jornada se formó en el primer kilómetro con cinco corredores, los españoles José Iván Gutiérrez (Movistar) y Rubén Pérez (Euskaltel), los franceses Maxime Bouet (AG2R) y Mickael Delage (FDJ) y el holandés Nicki Tepstra (Quick Step) formaban este grupo que llegó a contar con una ventaja de ocho minutos.
Los escapados aguantaron con una exigua diferencia inferior al minuto a partir de los últimos 30 kilómetros. A falta de 21 kilómetros a meta, el español Gutiérrez y el francés Delage intentaron prolongar la aventura con un ataque, pero fueron cazados por el pelotón cuando quedaban 9 kilómetros para el final.
A partir de ese momento la aceleración de los equipos de los velocistas, como el Garmin del líder Hushovd, el HTC del británico Cavendish y el Lampre del italiano Petacchi, fue la clave para que todo se decidiera al esprint.
