El escritor y sociólogo José Andrés Rojo afirmó ayer que su abuelo, Vicente Rojo, fue “el mejor estratega del ejército republicano” durante la Guerra Civil Española. En la segunda conferencia del simposio internacional con motivo del 75 aniversario del inicio de la Guerra Civil, Rojo repasó la contienda, de inicio a fin, defendiendo que en el golpe de estado del 18 de julio de 1936 “no todo el ejército se puso del lado de los rebeldes”. De hecho, aseguró que “un importante porcentaje de militares”, entre los que estaba su abuelo, se mantuvo fiel a la República. “Los primeros muertos de la Guerra Civil fueron militares que no se sumaron a los rebeldes”, advirtió.
De Vicente Rojo dijo que adquirió relevancia al serle encomendada la defensa de Madrid de las fuerzas nacionales. Los sucesivos éxitos que logró en tal empresa le llevaron a la consideración de “mejor estratega” entre los republicanos. “Asumió el reto de intentar ganar la Guerra Civil”, declaró su nieto, convencido de que, en vista de que no lograba ese objetivo, optó por intentar alargar el conflicto, a la espera de una intervención de las democracias occidentales europeas en España a favor de la República, circunstancia que finalmente no se produjo.
El final de la Guerra lo vivió en Francia, país en el que residió durante su primer exilio, y desde el que luego pasó a Argentina y, después, a Bolivia. Ya gravemente enfermo, regresó a España, donde fue juzgado y condenado, aunque después recibió el indulto. “Quedó en una situación de ostracismo, en lo que él llamaba una muerte civil”, indicó su nieto.
Para el conferenciante, si por algo destacó Rojo fue “por su capacidad de trabajo”, virtud a la que unía “la honestidad”. A nivel religioso, el nieto del militar republicano señaló que Rojo “siempre se definió como católico”, y que a lo largo de toda su vida “tuvo que sobrellevar la contradicción entre sus creencias y el hecho de que la Iglesia apoyara a sus enemigos”.