El asociacionismo deportivo en Segovia tuvo unos inicios de pasos más bien cortos. No había nada o casi. Recojo al respecto de un comentario del diario ‘La Tierra de Segovia’, firmado por su director: “Nuestra juventud se contenta con pasar los días de invierno en un café, jugando al dominó o al billar respirando una atmósfera viciada”. El comentario, que tiene cien años de edad, amplía su recorrido para cuando llegaba el verano:
“Los jóvenes en Segovia, cuando llega el verano, se encuentran tan satisfechos paseando por el Salón o por la Plaza. Creo que mejor que esto sería organizar una sociedad deportiva que podría hacer un campo para football, tennis… formar equipos de diferentes disciplinas… la cuestión es dar el primer paso. Luego ya vendrían otras”.
No había, reitero, en los comienzos del siglo XX, prácticamente nada de asociacionismo. De tal forma que significo un ‘acontecimiento’ (póngale sorna: “tono irónico y burlón con el que se dice una cosa”), el hecho de que en 1917 se celebrara un Concurso Nacional de Tiro. Al respecto, dejar constancia de que cinco años antes se había formado una asociación, que presidía el comandante de Artillería, Pedro Méndez, con la finalidad de elaborar un reglamento y constituir la Asociación de Tiro Provincial. Lo consiguió.
En el referido año había en Segovia tres sociedades. Destacaba sobre todas por el número de componentes, la de Caza, compuesta por agricultores y ganaderos de Castilla la Vieja, que presidia Juan Catáneo, y cuyo registro en el gobierno civil fue en agosto de 1913. Su misión: defensa de la caza.
Había también dos familias, quizá tres, que tenían campos de tenis, más las instalaciones de la Academia de Artillería. Ninguna de ellas tenía carácter público y sí privado.
Permítame el lector regresar al Campeonato de Tiro en Julio de 1917 en Baterías. Presidió la final y entregó los premios Alfonso XIII. El ganador se llevó medalla de oro, diploma y 100 pesetas.
