No es que Segovia, ni sus aledaños, fueran tierras de mucho vino, al menos cuando en 1088 comenzó su ¿segunda? repoblación. Pero uva y vino hubo. A los efectos que proceda —régimen de entendimiento—, encontré un Privilegio del vino dado por Enrique II a la ciudad, año 1368, confirmado otro anterior sobre la no importación de vino… “porque muchos vecinos de la Ciudad y su término son pobres, y aún labrando las viñas no tienen donde vender el vino que de ellas recogen…”.
Entre los siglos XVII y mediados del XVIII la producción vinícola se incremento en Segovia. Cantalejo, Vallelado, Aguilafuente, Mozoncillo y Nieva fueron las “culpables”. A finales del siglo XVIII solo quedaban viñas de alguna importancia en Fuentepelayo, Moraleja de Coca, Nieva, Cobos… Los caldos de Coca eran los más conocidos y queridos en la ciudad.
Viñas y vino sí había y el rey se implica con los viñadores para que se venda lo que se produzca dentro y cierra la puerta a los que vino compraban en otros lugares.
El mayor número de viñas sembradas en la ciudad se encontraba en las laderas del Terminillo. Seguro que conocen el paraje, por más que ahora en el lugar no se encuentren viñas. Se ubica en el barrio de San Lorenzo, muy cerca de La Lastrilla.
Las vides debieron estar presentes a lo largo de muchos años en el citado lugar. Una muestra: en las fotos que el belga Antón van den Wyngaerde realizó en 1562, se ¿distingue? la ladera y sus viñedos. Las fotos se encuentran en el Museo de Segovia.
También Félix Gila (1) deja constancia: “Se han cubierto de viñedos las antes estériles laderas del Terminillo, viñas que pueden servir de modelo por su excelente cultivo”.
Otra muestra. El escritor Ian Gibson (2) pone en boca de Machado este comentario: “camino del Terminillo, (el mejor vino de la más breve viña ¡lástima!)”.
Para acabar este esbozo vitivinícola, traigo aquí, con entrañable recuerdo, la figura de Cándido Gómez Sanz (Coca 1/12/1903 – Segovia 1992). El Mesonero Mayor de Castilla contaba y cantaba en la “puesta en escena” a sus comensales en el Mesón de la Plaza del Azoguejo, esta popular coplilla que pasó después a hijos y nietos:
“Los cochinillos serranos / que en estas tierras se crían / son un sabroso manjar / que rellena y atiborra. / Regado con buen vinillo / vino clásico de chorra / y vino del Terminillo”.
Turégano y el feudalismo
Sepan que la Villa de Turégano fue una donación de Doña Urraca de Castilla al entonces Obispo de Segovia, el francés de Aquitania, Pedro de Agen, en el año 1123. Y así lo fue a lo largo de ocho siglos, siendo también el obispo de la diócesis segoviana y el señor feudal de la población. Ahí, en ese lugar, celebraron sínodos desde el dominico Lope de Barrientos (ocasión habrá de ampliar datos sobre su persona), hasta el controvertido Juan Arias Dávila, que realizó un gran trabajo en el Castillo, lugar donde se refugió en determinados años de su pontificado.
Sobre y de la construcción del Castillo (3), situado en el lugar más alto de la localidad, se desconoce fecha. Sí se considera la de finales del siglo XII cuando se construyó dentro del recinto una iglesia, San Miguel. Otra certeza: en el siglo XVI, el castillo pasa a ser prisión real.
En el recinto estuvo preso, entre otras “figuras”, Antonio Pérez del Hierro, secretario y muchas más cosas de Felipe II. Llegó al lugar en 1586, después de haber sido acusado de traición al rey. Dos años y seis meses de condena. Los primeros meses disfrutó de su cautiverio. Allí, en el Castillo, vivía junto a él su esposa, la portuguesa Juana Coello, e hijos. Para que nada le faltare, también se le permitió ser atendido por sus criados.
Tan seguro y “libre” se encontraba en el lugar que planeó su fuga. Le pillaron con el “carrito los helaos”. Se le acabaron los privilegios. Lo metieron en una mazmorra y lo incomunicaron. Tampoco lo pasó nada bien su familia, acusada su esposa de “colaboradora necesaria” y organizadora del plan de evasión.
Su mala historia continuó, pero en otros lugares.
===========
(1)“La ciudad de Segovia y sus alrededores”, de 1897 / “Guía y Plano de Segovia”, 1906.
(2) “Ligero de equipaje: La vida de Antonio Machado”
(3) Castillo e iglesia fueron declarados Monumento Nacional en 1931.
