Buscando en la enciclopedia de la vida, esa que reúne los mejor de cada “casa”, encontré relatos amplios y “perlas” breves. Dediqué mi tiempo a estas últimas, pues el enredo es menor, al tiempo que se “mastican” y digieren sin necesidad de “sobre adicional” después de las comidas.
Sin más monólogo, aquí acaba la entradilla (1).
¡Anda que no!
¿Se han preguntado cómo consumían el tiempo libre, se divertían, descansaban, charlaban, etc, quienes estaban dentro del grupo “alta sociedad” de la colonia veraniega durante las jornadas de la monarquía en La Granja?
He puesto los números dentro del “bombo” y ha “tocao” el verano de 1916.
Lean.
Se reunían en los jardines. Allí, en el Patio de la Herradura. En el sitio/lugar que todos y todas conocían como “El Corro”. Asistía habitualmente la Infanta Isabel, a la que nadie (o casi) conocía por su nombre de pila: María de la Concepción Francisca de Asís, y sí por “La Chata”. Ella solía quedarse hasta las doce del mediodía o la hora de “llamada” para la comida.
Por la tarde, habiendo consumido la hora de siesta, sobre las cuatro, la animación era grande en el campo de tenis. También se forman meriendas en lugares tan conocidos como “Casa la Mata”, Pasadenas, Fuente del Cochero, Mata La Saúca… Llegada la noche no faltaba nadie en los salones del “Blas Club”. Allí, además, se celebran bailes todos los domingos del verano.
Para los que gustaban de andar —vulgo, (2) darle a la zapatilla—, se organizan excursiones a la Laguna de Peñalara, Rascafría o/y Siete Picos.
Como dice mi amigo Manolo: “de todos los trabajos se descansa”. He aquí un sabio.
Paga extra
Mes de octubre de 1764. Hacía frío en Segovia, o así. Al lugar donde se desarrollaban los ejercicios de las primeras escuelas de prácticas militares se “presenta” el rey Carlos III. Tanto entusiasmo despertaron en él los ejercicios que nada más concluir las pruebas reunió a los jefes para comentar con ellos el buen trabajo. Al finalizar la conversación les anunció:
—“Ya he dado orden de entregar a los 400 artilleros que han tomado parte en los ejercicios la cantidad (divisible) de 6.570 reales de Vellón”.
Corolario (3) ¿Estimular el trabajo bien hecho? ¡Qué más quisieran los buenos trabajadores/as!
Hablar para recoger
En la Orden de Predicadores, de la que fue adalid/fundador Domingo de Guzmán en 1216, siendo Papa Honorio III, tenían sus componentes la gracia de la oratoria. Cuando subían al púlpito y desgranaban su sapiencia epistolar ensimismaban (4) al pueblo.
Aquí, en Segovia, los frailes del Convento de Santa Cruz, no paraban. Eran solicitados por los párrocos de forma asidua para levantar el ánimo, que no dormir, a los parroquianos en la misa dominical. Al final del acto litúrgico el sacerdote pagaba los catorce reales “estipulados” al orador.
La homilía había predispuesto a los “fieles” a poner el cepillo a tope.
La violencia del fuego
En la tarde noche del día 9 de octubre de 1954 se iniciaba un violento y voraz incendio en las instalaciones del Hospital Militar de Segovia, en su ubicación en la Plaza de José Zorrilla.
Pese a la intervención de los servicios de extinción, vecinos, guarnición militar… el edificio quedó totalmente destruido. Los enfermos que en el había fueron trasladados al Regimiento. Sí se consiguieron “sacar” los productos de la Farmacia Militar.
Serán muchos los segovianos/as, entre los que me encuentro, que aún recordarán aquel episodio. Mirábamos al lugar con innegable miedo, sin poder hacer nada por aplacar el fuego.
Respuesta 29:
Un equipo de lujo
La comisión de redacción de la Revista de la Sociedad Económica Segoviana de Amigos del País, en su segunda época, la formaban Marcelo Láinez, José Rodao, Federico de Orduña, Francisco J. de Cáceres, Mariano Llovet, Félix Gila, Emiliano Gómez y Valentín Sánchez de Toledo y Artacho. Presidía la entidad económica Ezequiel González. A ella llegó en 1883 y se mantuvo hasta el 86. Después de unos años de descanso regresó al mismo puesto en octubre de 1889.
¡Qué eficaz trabajo realizaron!
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(1) Entradilla: “Comienzo de una información periodística que resume lo más importante de ella”.
(2) Vulgo: “Común o conjunto de la gente popular”
(3) Corolario: “Proposición que no necesita prueba particular y se deduce con facilidad de lo demostrado previamente”
(4) Ensimismar: “Sumirse o recogerse en la propia intimidad”.
